Ojo, que conocemos todavía mucha gente que cuando empieza en esto de la cerveza de importación a veces se confunde. Porque sea “rara” y venga en este formato de medio litro, NO tiene por qué ser una cerveza de trigo. Puede ser una Bock (de cebada, y baja fermentación). Ya os avisamos con la Korbinian y os insistimos ahora con esta cerveza checa.
Porque la cerveza no se parece en nada a una de trigo: es de color marrón rojizo, limpio y brillante, sin nada de turbiedad. La espuma es beis muy claro, compacta, pegajosa y abundante.
El aroma es leve y maltoso, con matices tostados y frutas pasas. El sabor es dulce, maltoso, densa y pegajosa en boca, con mucho cuerpo. Tiene toques picantes, notas de frutos secos y un final levemente amargo.
Resulta una cerveza que, ocultando bastante bien que tiene 7,5% ABV, resulta compleja y completa. No tan “peleona” como otras Doppelbock similares, resulta bastante adecuada para acompañar platos de carnes guisadas o para beber con picoteo variado.
“Mi opinión en un Tweet:” Los monasterios checos no están nada mal, parece. Nota: Bien.
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