Si hay una bebida típica de la Semana Santa (por aquello de compensar el ayuno y las penitencias), debería ser sin duda la cerveza de tipo Doppelbock. Aunque esta justo esté pensada más para las navidades por sus creadores, la fábrica Brauerei Heller-Trum, de Bamberg.
Servida, es de color ámbar profundo, limpio, con una cabeza de espuma blanco marfil, de tamaño medio y muy compacta. El aroma es, como esperábamos, ahumado. Con recuerdos a cecina y chimenea. Pero, a diferencia de sus hermanas, no usa humo de haya, si no de roble.
Y en boca es muy intensa, con un sabor fuerte y complejo. Es dulce por las maltas, amarga por el Hallertau que le da hasta 40 IBUs, y llena de un sabor que sólo podemos describir como un bosque de robles entero en llamas.
Golpea fuerte en la boca, entre la intensidad del incendio y los 8% ABV que tiene. Tanto que te quita el hambre. Pero maridaría muy bien con paté, si insistes en comer algo y tus creencias personales te lo permiten.
“Mi opinión en un Tweet:” Una cerveza que enciende fuegos y levanta pasiones. O humaredas. Nota: Notable.
¿Notable? El que puntúa menos de cum laude esta cerveza no tiene criterio. Estas cervezas son ahumadas si, pero son mucho más(decir complejo es un buen comodín pero hay que explicar esa complejidad)exagerar ese carácter ahumado da a entender que carece de unos matices que son innumerables. CUM LAUDE
ResponderEliminarBueno, el sobresaliente yo lo reservaría si eso para la de Trigo de Schlenkerla, que es mi favorita. Esta me gusta meno, por lo que no pasaría del notable. Y el Cum Laude, para las de mis estilos favoritos claro.
EliminarPero entiendo que a ti te guste tanto.