La levadura de cerveza es un hongo unicelular denominado Saccharomyces Cerevisiae que se utiliza como bien sabéis para fermentar los azucares de la malta. Una vez obtenida la cerveza, se puede lavar y secar para utilizarla para el consumo humano. Aunque hay más formas de consumo, a nosotros habitualmente sólo nos interesa una de ellas: dentro de la cerveza.
Aun así, la levadura de cerveza tiene muchas propiedades saludables ampliamente demostradas a lo largo de los años, algunas de las cuales os vamos a resumir: Es rica en vitaminas del grupo B, como el ácido fólico, que ayudan a mejorar la piel y favorecer la regeneración y el crecimiento de pelo y uñas. Aporta proteínas y aminoácidos esenciales, así como nucleótidos, muchos de los cuales el cuerpo humano no es capaz de sintetizar y necesita obtenerlos de la alimentación. Esto ayuda al aumento de la masa muscular en deportistas y personas que consumen poca cantidad de carne.
También contiene cromo, que contribuye al metabolismo normal de los macronutrientes y a mantener niveles normales de glucosa en sangre. Además, colabora en la reducción del colesterol LDL, gracias a los beta-glucanos de sus paredes estructurales. Tiene alto contenido en hierro, por lo que es beneficiosa para aquellas personas que tiene anemia. Fortalece el sistema inmune, gracias a su contenido en selenio y es rica en fibra, lo cual favorece a mantener un buen tránsito intestinal.
Ojo, que como todo, está recomendado dentro de una dieta saludable y con moderación, porque todo exceso es perjudicial para la salud: no por tomar cantidades ingentes va a ser mejor para nuestros cuerpos serranos, así que no pongáis todo esto como excusa para beber más cerveza, que sabemos que es vuestra principal fuente de levadura.
Ah, y todo esto no nos lo hemos inventado, lo hemos sacado de libros y webs como esta, esta o esta, por citar algunas. Así que podéis confiar en nosotros y empezar a ver la cerveza (y su levadura) como un alimento saludable de la dieta.
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