Cine y Cerveza: Cadena Perpetua:

Comenzamos una nueva sección que junta otras dos de nuestras aficiones (cine y cerveza) con esta película, Cadena Perpetua, dirigida en 1994 por Frank Darabont (La Milla Verde, La Niebla) y basado en un relato de Stephen King titulado Rita Hayworth y la redención de Shawshank. La película está protagonizada por Tim Robins y Morgan Freeman. Recaudó en EEUU poco más de lo que había costado y en los Oscars tuvo que competir con títulos como Forrest Gump o Pulp Fiction por lo que en su momento no tuvo un éxito especialmente notable.

El film cuenta la historia de un banquero acusado de haber asesinado a su esposa y al amante de esta. Su estancia en prisión pasa por los lugares comunes habituales del cine carcelario: prisión injusta, abusos por parte de los otros presos, guardias sádicos, amistades improbables…, si bien como aporte original están los chanchullos fiscales.

La escena escogida (obviamente por su relación con la cerveza, que es lo que da calidad a la película y por lo que hemos creado esta sección) es la que tiene lugar en el tejado de la prisión, donde los guardias conceden a los encarcelados por mediación de Andy Dufresne y a cambio del esfuerzo al que son sometidos, un trato privilegiado: tres cervezas tipo Pilsen (“bohemian style beer” si atiendes a la versión original) a cada uno de ellos. La cerveza sabe a libertad.



Y es que hay ocasiones en que los matices de la cerveza van más allá del grano que se haya empleado o de la selección del lúpulo, hay veces en que ese trago va directo al hipotálamo y dispara reacciones primitivas. ¡O sirve de improbable recompensa al esfuerzo!

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