Cine y Cerveza: Colegas de copas

¿Qué se puede esperar de una película cuyo primer plano muestra a una persona vertiendo malta en un molino? ¿y si el segundo plano es de un saco de malta Munich de Weyermann? Las expectativas van subiendo mientras muestran distintas imágenes del proceso de producción de una micro hasta que sale la cerveza por un grifo en un tap-room.

Ahora que tienen toda nuestra atención, ya nos pueden poner el resto de la película de Joe Swanberg (de 2013). Y es que, con una microbrewery de fondo, “Colegas de copas” nos cuenta la historia que surge entre Kate (Olivia Wilde, Tron: Legacy, House MD) y Luke (Jake Johnson, Jurassic World, La Momia), dos compañeros de trabajo de una pequeña fábrica de cerveza que se sienten atraídos a pesar de tener otras parejas.

Podríamos considerar esta película como “romántica” pero con autenticidad. Huyendo de los clichés del género, los personajes son complejos, las situaciones por las que pasan son realistas y el final… bueno, digamos que no es convencional.

Colegas de copas es al cine romántico lo que una cervecera artesana comparada con una industrial; aunque comparten los ingredientes básicos, el cuidado con el que se escogen las materias primas y se vigilan los procesos resulta en un producto mucho más auténtico y atractivo. La contraprestación es que, este tipo de producciones son minoritarias y su difusión queda fuera de los cauces habituales.



Como podéis ver en el tráiler, es una cinta diferente si reniegas de las pelis de amor porque tienes barba, llevas camisas de cuadros y bebes sólo artesanas. Si la trama principal no te atrapa sí lo hará lo verosímil del entorno cervecero en que se desarrolla. ¡Y puede que demuestres tu lado romántico! (Ojo, que aunque sea “indie”, sigue dejando un retrogusto empalagoso que no se olvida, cual Doppelbock o Schwarzbier)

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