Es curioso ver como en las webs de rating cervecero las Gueuze belgas reciben un sobresaliente o un muy deficiente como nota, sin apenas términos medios. Esto va en función (básicamente) de si siguen los procesos tradicionales o están endulzadas para el público generalista.
Esta es de las segundas, obviamente, ya que son las que hacen las fábricas que más presencia tuvieron durante las últimas décadas en los mercados. Belle-Vue, que se asoció con Artois, ahora es propiedad de AB-InBev. Y aunque no hagan Lambic tradicional, su producto resulta aceptable.
Una cerveza de color ámbar claro, pero profundo, con una buena cabeza de espuma. El olor es leve, con notas a establo no muy intensas. Y el sabor, sin apenas acidez, es predominantemente dulce, acaramelado, con notas especiadas (lleva, como las Witbier, trigo crudo, cilantro y cáscara de naranja).
La verdad es que de espontánea no tiene más que un leve rastro en el aroma, pero esta cerveza de 5,5% ABV se bebe sola y resulta refrescante. Tampoco es para ponerla un suspenso como una casa, creemos.
“Mi opinión en un Tweet:” Por ser dulce no merece un donut en la calificación. Nota: Suficiente raspado.
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