¿Os acordáis de las Black IPA? Bueno, parece que pasaron de moda. ¡Y antes de que os echéis encima, ya, ya sabemos que algunos aún las hacen! Pero NO están de moda, oye. Ahora se llevan las IPAs turbias (y turbio más malta oscura igual a barrillo, no tan fácil de vender). Lo que sí que se sigue llevando es el unir lúpulo a espuertas con lo negro, pero en cosas como esta Porter.
Desde Dinamarca y cargada de lúpulo americano (Cascade, Centennial, Simcoe) y alcohol (8% ABV), reventando todos los estándares que puedas tener sobre las Porter (de la tradición inglesa), tienes esta cerveza negra bien opaca, con una espuma de color marrón, abundante y muy compacta, de persistencia media.
El aroma es intenso a lúpulo y el sabor es bien amargo. Pero no por ello es una IPA, sino que está llena de notas de chocolate y caramelo, café y regaliz, y otros sabores de las maltas oscuras. Y eso en las Black IPA nunca nos ha parecido bien (y por eso echamos tanto de menos la Libertine Black Ale, que es la que mejor lo logró, era como beber lúpulo a oscuras).
El maridaje es complejo, ya que junta mucho la vertiente lupulada con la de petrolaco. Pescados a la parrilla, cosas con salsa barbacoa, quesos intensos… Pero lo acompañes con lo que quieras… siempre en copa que concentre olores y a una temperatura de servicio “alta”, unos 8-10 ºC.
“Mi opinión en un Tweet:” No tengas miedo a meter la bola negra, si es en el momento adecuado ganas. Nota: Sobresaliente bajo.
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