Hace ya muchos años de aquella vez que en una reunión de blogueros cerveceros en Madrid pudimos probar esta cerveza recién sacada al mercado. Y nos alegra ver que hoy en día sigue vendiéndose sin apenas haber sufrido cambios en su planteamiento.
Es una cerveza fuerte e intensa, de estilo Barley Wine, pensada para acompañar la gastronomía, ya que se concibió con Pepe Rodríguez, jefe de cocina del Restaurante El Bohío de Illescas, Toledo (que es Premio Nacional de Gastronomía y Estrella Michelín).
De color muy oscuro, pasa de lo marrón profundo a casi negro (pero no opaco), con una espuma de color beis algo irregular, de cantidad media y persistencia baja. Ya avisa de que es una cerveza contundente.
Igual que el aroma, cargado de maltas y con notas a caramelo, pan tostado y algo de alcohol. El sabor es predominantemente dulce y licoroso, rozando lo peleona; pero rico y de buena duración en boca, con mucho cuerpo pleno y contundente.
Y es que tiene 10,4% vol., que no es nada despreciable. Por eso se recomienda sobre todo para acompañar los postres (o un asado contundente). Pero no para el picoteo. Y es ideal también para combatir el frío de estos meses de invierno.
“Mi opinión en un Tweet:” ¿Se consiguen más Michelines con cerveza o con vino? Nota: Notable.
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