Como es costumbre por estas fechas traemos otra cerveza navideña. Una belga, país que quizá es el más prodigo en hacer cervezas especiales para estas fechas. En este caso, de la marca “La Corne” (por acortar y porque es como la pide habitualmente la gente).
Esta marca que se elabora en Léglise (en la provincia de Luxemburgo, Bélgica, en la zona valona) es famosa sobre todo por su vaso en forma de cuerno con su soporte de madera… que nosotros y cualquier camarero odiamos y que por supuesto no pensamos usar. ¡Sólo es una cuestión de márquetin!
Así que dejando esos aspectos fuera, la cerveza en sí, ¿cómo es? Pues el color es ambarino oscuro, profundo y limpio. Y la espuma, de color blanco roto, aunque empieza abundante, es de persistencia baja y aspecto feo, y va desapareciendo sin dejar rastro ni en las paredes del vaso.
Los aromas predominantes son a malta y a levadura, dejando ya entrever el alcohol que tiene (que es cosa fina). En boca es también maltosa, con notas de caramelo, frutas, vainilla y mucho cuerpo. Y una sensación caliente…
Que se deba a su graduación: nada menos que un 12% vol. de alcohol. Pero tampoco es que agobie… sin más, calienta las tripas y las mejillas, dándote un tono rojizo cual las vestimentas de Papá Noel. ¡Mucho cuidado no hagas luego maldades, o acabarás en la lista de “niños traviesos”.
“Mi opinión en un Tweet:” O peor aún, colgado o resacoso. Nota: Bien alto.
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