Hace un par de meses salía la noticia de que la cervecera madrileña La Virgen (comprada por AB-Inveb en 2017, dentro de su división de especialidades de ZX Ventures) había tenido que dejar de funcionar en su local de Las Rozas (al que se mudó en 2015) por no tener los permisos en regla para seguir allí.
Eso significa que (presumiblemente) a raíz de los desafortunados incendios en unas discotecas de Murcia, con un efecto dominó en los ayuntamientos pidiendo papeles similar al que produjeron los hechos de Madrid Arena… tuvieron que dejar de elaborar allí tras casi una década de hacerlo sin las licencias pertinentes.
Por eso nos sorprende solamente a medias que hoy, en sus redes sociales, anuncien el cierre de la marca y procedan a un despido colectivo de sus trabajadores. Obviamente sin fábrica, no se puede sostener el proceso ni el conjunto. Pero es curioso que con una imagen tan trabajada y una marca tan asentada, sea más rentable eso que mudar las instalaciones o conseguir las licencias.
Sin ser una de nuestras cerveceras favoritas, echaremos de menos algunas de sus cervezas (como la Pale Ale 360) pero también es cierto que siempre se han preocupado más por la estética y la imagen y por darse a vender (literalmente, desde el minuto uno) que por el contenido. Aun así, es una pena que tantos puestos de trabajo y tantos lugares que había con sus cervezas, sirviendo productos diferentes y abriendo la cultura cervecera, ahora vayan a perderse…
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