La 2º Feria de L’Europe

Este fin de semana estuvimos en la 2ª Feria de la Cerveza Artesana de Madrid, celebrada dentro del bar L’Europe, y la verdad es que estuvimos bastante a gusto. Somos habituales de ese local, y poder juntar lo mejor de una feria (los productores vendiendo su propio producto) con lo mejor de un bar (camareros, vasos limpios, estar en el centro, etc.) es una maravilla.

Claro que también tiene pegas. Por ejemplo el precio. Sube un poco el gasto medio por persona. El mínimo eran 2,5€ por caña. Vale que estemos en el centro de Madrid, pero hay margen para promocionar más el producto bajándolo. Había cervezas que te salían más baratas yendo a la tienda justo cruzando la calle y comprándolas.

No todas, claro. Y por eso (y porque son de mi tierra) allí yo recomendaba La Real del Duero y Casasola. Que, siendo unas de las más caras que comprar en botella, sin embargo en la feria eran de las baratas y ricas.

Me decían en la feria que siempre hablo de dinero. Bueno, es que soy un consumidor. Exceptuando las ocasiones que alguien me invita, yo todo lo que bebo lo pago. Y mis recursos económicos son la principal variable de la que depende lo que puedo y no puedo beber. Tiempo e hígado parece que tengo todavía más. Pero pasta no.

Así que mientras nos pase esto (y supongo que casi todos tendréis el mismo problema), el dinero será un factor decisivo. Pivni Filósof hablaba en este post sobre una frase que seguro que muchos pudisteis leer en la feria. "Life is too short to drink cheap beer”. Como le cité entonces, os invito a seguir el enlace ahora y reflexionar. ¿Desde cuándo lo bueno no puede ser barato? (Y bonito).

Pero estoy divagando. Retomemos con la comida. La comida estaba muy buena (como siempre que se come en L’Europe) y además siempre había alguien compartiendo contigo algo. Con las cervezas igual. Probamos mucho más que de las cañas que pedimos.

Y es que, como siempre, lo mejor es la gente. Los cerveceros con los que hablamos, los amigos que nos acompañaron, los camareros que nos atendieron, los demás blogueros, los forococheros, los fans que te piden fotos. Todos ellos.

A lo mejor a nivel cervecero no ha sido la mejor feria a la que hayamos ido (por conocer ya a todos los fabricantes, que siempre está guay descubrir nuevas micros) pero en calidad humana, un 10.