Hoy vamos a comentar (también rescatada de las catacumbas de nuestras libretas) una cerveza alemana elaborada con aguas de los propios pozos de la fábrica con una profundidad de 140 metros en el corazón de la reserva natural de los bosques de Ausburgo. Ahí es nada. Cómo venden cuando quieren.
En vaso (o jarra) presenta un color pajizo, muy claro, casi como una caña con gas, con una espuma ligera y escasa. El aroma es a paja, heno y malta, igual que una lager maltosa.
El sabor no es tan dulce como se espera con ese aroma, y presenta sólo ligeras notas a malta, no muy compensadas por el amargor presente.
En general la impresión no es muy buena y beberla se hace larguísimo; sobre todo si has de beberte el medio litro que viene. Así que más te vale tener cosas que picotear (quicos y aceitunas, por citar dos clásicos) para ayudarte a bajarla. Ah, y esta Hell tiene 4,9% ABV, que nos olvidábamos. Nada destacable tampoco ahí.
“Mi opinión en un Tweet:” Como no la vendan por marketing, el producto no destaca. Nota: Insuficiente.
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