Los Jardineros hicimos un brainstorming sobre cómo afrontar este tema, tan amplio y sin concretar, propuesto por Birraire para la ronda de este mes. Una opción era hablar sobre el porcentaje de representación de ambos sexos entre los lectores, asistentes a ferias y bares, etc., y cómo igualarlo o explicarlo. Pero sobre eso se hablará más y ya hicimos hace tiempo un debate. Así que queríamos darle un enfoque diferente.
Y a mí (Barón), me cargaron el muerto de contar y reflexionar sobre mi experiencia con las cervezas y las mujeres. Y no, no voy a aconsejaros emborracharlas para (como nos pasa a los varones también) desinhibirlas y ligar con ellas (aunque si lo hacéis os recomiendo la Gulden Draak, peligrosamente alcohólica). Sino sobre mis novias y mis cervezas.
Más o menos, empecé a beber cerveza a la vez que salir con chicas (¿tendrá algo que ver con lo comentado sobre el alcohol como “lubricante social”?), y siempre he intentado compartir mi gusto por la birra con ellas. Así que he ido pasando por diferentes parejas y etapas.
Con la primera, siendo ambos inexpertos, pues exploras juntos, descubres cosas nuevas, buscas los límites, indagas en lo que te gusta y lo que no, investigas y empiezas a aprender. En definitiva, pierdes la virginidad y es una época dorada en la que experimentar todo. Y sí, seguimos hablando de cervezas todo el rato, malpensados.
La siguiente relación ya fue más seria. Más exigente. Ya no éramos adolescentes, y ya no vale todo. Sabes lo que te gusta y estás dispuesto a esforzarte por ello. Además, el poder adquisitivo había aumentado (a estas altura empecé a trabajar en la hostelería) así que podías probar cosas más elitistas. Aquí se cultivó el morro fino, sin duda.
Después se me juntaron las dos vertientes. Por un lado busqué la estabilidad de lo que conoces y sabes que te gusta, y por otro, a la vez, quise seguir explorando e investigando. Y desperdicié demasiado, por ansias. No puedo decir que me enorgullezca de esto, pero así fue. Y debo muchas disculpas por ello.
Luego, todo lo aprendido en estas etapas sirve, pero hay que encontrar con quién compartirlo. He tenido novias encantadoras, pero que no compartían esta pasión que me ocupa. Y eso siempre es una pega, ya que lo que he buscado siempre es sintonización y compartir, y eso a veces no ocurre.
Pero claro, a veces, incluso que ocurra eso no es suficiente. Y ni sintonizando ni compartiendo gustos y amor por la cerveza, las cosas salen como uno quiere. Puede parecer que has conocido a la chica ideal, y de repente joderse como una cerveza con geiser y bretts. Pero bueno, ya sabéis, para superar eso están las 5 cervezas que recomendamos por si tu pareja te deja.
Y, en cualquier caso, la vida continúa. Puedes repetir cervezas, o descubrir nuevas. Tener favoritas o ser un beer-hunter. Pero lo importante es que la relación con ellas sea sana y te haga feliz. Y que te esfuerces en aportar algo de vuelta que lo haga mejor (en el caso de las cervezas, a través del blog). E igual con las mujeres. O esa es mi experiencia. ¿Y la vuestra?
TU LO QUE HAS SIDO ES UN PICAFLOR! XDDD
ResponderEliminarUN SALUDO GARDENER ;D
Jajajaja, vaya un latin lover que estás hecho :-). ¡Gracias por tu aporte, Rodrigo!
ResponderEliminarNi que hubiesen sido tantas como birras!! No tendría tantas medallas en ese otro Untappd, jejeje!!
EliminarPero no puedo quejarme, ahora, un par al día mínimo. ¡De cervezas, hablo, malpensados!