El estilo de cerveza de trigo conocido como Witbier o Blanche era muy habitual en el norte de Francia y Bélgica. Desde la Edad Media hasta el siglo XIX gran cantidad de cerveceras de esta región la elaboraban y a sus gentes le encantaba. Pero al llegar el siglo XX y la proliferación de las “rubias”, las cosas cambiaron y este estilo se dejo de fabricar quedando en el olvido para muchos.
Pero no todo el mundo pudo olvidarla y aquí entra en acción el que podría ser el héroe de nuestro comic cervecero. Un lechero amante de la Witbier que no pudo permitir que esta cayese en el olvido para el resto de la eternidad, Pierre Celis.
Este hombre creció trabajando en la granja ganadera de su padre (y ayudando en la cervecería de su vecino) y tras casarse se hizo lechero, pero la misión de salvar este estilo que les gustaba y ya no se hacía le hizo convertirse en cervecero. Diez años después de que la última cervecera que producía esta cerveza cerrase, Celis decidió abrir su cervecera y elaborar una Witbier que bautizaría con el nombre de la ciudad de Hoegaarden.
Tras un incendio en los 80, debido a que no tenía nada asegurado, se vio obligado a vender su cervecera a lo que fue InBev, marchó a los Estados Unidos donde en Texas construyo otra fábrica cervecera que tuvo mucho éxito con su “Celis White”, la cual termino también perteneciendo a SAB Miller (que hoy en día, como sabéis, pertenece también a AB InBev).
Pierre regresó a Europa y colaboró con otros cerveceros siguiendo así con su misión de rescatar estilos del olvido (o incluso crear alguno nuevo). Nos abandonó al fallecer en abril del 2011, pero el legado que dejó continúa y gracias a él podemos seguir disfrutando de este estilo belga tan refrescante para el verano.
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