Los que nos leéis desde hace mucho sabéis que aunque nos llamemos “El Jardín del Lúpulo” también nos gustan (y mucho) las cervezas maltosas. Entre las inglesas, las Imperial Stout, y entre las belgas, las Quadruples. Y aunque sea un estilo poco de moda y difícil de categorizar, hemos de mencionar a la cerveza que le dio nombre.
Y es que la primera que se denominó así, tras las Dubbel y las Tripel, fue esta del monasterio trapense de la abadía de Nuestra Señora de Koningshoeven. Y como tal, vino a definir un poco el estilo: de color ambarino muy oscuro, rojizo turbio, con espuma compacta, de persistencia baja pero que se mantiene.
El aroma es a uvas pasas, gominolas y regaliz, un poco alcohólico. Y lo mismo pasa en el sabor, que es maltoso y dulce pero con presencia del alcohol en el retrogusto. No está mal, y hay que reconocerle ser la pionera del nombre… pero en este campo hay cervezas mejores, como podéis ver en esta comparación de Quadrupels que hicimos.
De todas maneras, esta cerveza holandesa de 10% ABV está muy bien si la tomas a la temperatura recomendada (entre 9 y 13ºC) en un cáliz y acompañando de quesos y patés. En ese caso, con su cuerpo y suavidad, está digna de un santo. Pero cuidado con las resacas.
“Mi opinión en un Tweet:” Abt, 12, Gran Cru… Pero Quad, esta es la primera. Nota: Notable bajo.
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