Tras esta botella con tanto dorado y una decoración tan barroca hay una cerveza igualmente dorada, pero bastante más sencilla (aunque a su vez compleja) de la cervecera Augustiner, de Múnich. Y hoy es la que os vamos a comentar por aquí.
El estilo de cerveza es “Export”, que dicho en castellano suena a márquetin, como “Premium”, pero que en Alemania es un estilo en sí, que la gente pide en los bares. Por lo que entendemos es parecida a su “rubia” tipo Helles, pero un poco menos dulce y más amarga.
Esta es rubia, sin duda. Clara y limpia, muy bonita. Con una espuma blanca de cantidad media y persistencia media-alta. Desde su vaso (de medio litro, por supuesto) desprende aromas a grano y a campo florido. ¡Te transporta a paisajes de montaña!
El sabor es, como avanzamos antes, amargo. Pero en el amargor justo para el equilibrio y el trago fácil. Aun así, comparada con una Pilsner, resulta melosa y compleja, con un final sabroso y persistente en la boca. ¡Toda una cerveza!
Tiene 5,6% vol. y entran muy bien, así que no te sorprendas si descubres que ya estás pidiendo la segunda. Pero para evitar que se te suba a la cabeza, ya sabes, un consumo responsable y un buen maridaje ayudan a que la noche tenga un final feliz.
“Mi opinión en un Tweet:” ¡Ein Prosit, ein Prosit der Gemütlichkeit! Nota: Notable alto.
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