Esta cerveza es una de las más básicas de la gama de la cervecera del huevo de avestruz. Y su fábrica con brewpub es una de las paradas obligatorias si visitas Ámsterdam, ya que además cuenta con un llamativo molino de viento justo detrás. ¡Apuntadlo!
Ya hablamos hace años de su IPA y nos gustó mucho. Así que ahora tenemos las expectativas altas con esta cerveza. A ver si se cumplen. Aunque no tenemos muy claro si es una Weizen (en la web habla de trigo malteado y aormas a banana) o una Witbier rollo belga (como anuncia el nombre).
El color es amarillo oscuro algo anaranjado, turbio. Con no demasiada espuma de color huevo, lo que le pega, dada la marca. La pega es que su persistencia es bastante baja, y enseguida desaparece más de la mitad. Pero quedaba bonita mientras duró.
En los aromas se mezcla un poco las dos corrientes: tiene los cítricos y especiados de las Witbier, junto con las notas de plátano de las Weissbier. Y el sabor empieza dulce, pasa por cítrico y picante y acaba levemente seco. No siendo tan refrescante como otras cervezas blancas, más el rollo alimenticio alemán.
Y es que en el fondo, no es como otras cervezas blancas. Esta tiene 6,5% vol., que es muy alto para cualquiera de los dos estilos base de trigo. Y camina por su propia senda. Por lo que es difícil compararla. Pero entrar, entra bien y se disfruta, que es lo importante.
“Mi opinión en un Tweet:” No metas la cabeza bajo una guía. Nota: Notable alto.
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