Esta cerveza es una Kellerbier (o Zwickelbier) de la Brauerei Göller, una de las cerveceras más antiguas de Baviera, ya que sus orígenes se remontan a 1514… ¡dos años antes incluso de que se promulgara la Reinheitsgebot, de la Ley de la pureza de la cerveza alemana de 1516!
Y actualmente recibe su nombre de la familia que la regenta desde 1908, por lo que lleva ya más de un siglo en manos de la familia Göller, con su fábrica en Zeil am Main, Alemania, bastante cerca de Bamberg, y por tanto buen candidato para hacer birroturismo.
La cerveza en sí es de ese estilo de bodega, fresca, sin filtrar (Naturtrüb) que tanto nos gusta. Y tiene un color ámbar, ni muy oscuro ni muy turbio, que se completa arriba con una espuma blanca compacta y pegajosa.
En aroma destacan las notas a cereal y los aportes florales del lúpulo, aunque en el trago predominan los dulces y maltosos (con la leve aparición de matices sulfurosos), y dejando notar la buena densidad de su cuerpo, con una carbonatación media.
Tiene unos moderados 4,9% vol. de alcohol, con lo que hace su trago fácil, e ideal tanto para disfrutar sin más como para acompañar algo de comer, preferiblemente gastronomía alemana, por supuesto, como una Wurstsalat, por ejemplo.
“Mi opinión en un Tweet:” Su nombre lo dice: para beber a gollete. Nota: Bien alto.
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