El centeno, cuyo nombre científico es Secale cereale, es otra gramínea de un género emparentado con la cebada (pero diferente). Su uso en las cervezas es bastante menos habitual, pero las Roggenbier o las Rye IPAs lo llevan. En España representa en torno al 2,3% de los campos de cereales, y se dedica sobre todo a harina.
Se puede reconocer desde lejos principalmente por su porte más alto que la cebada o el trigo, con un tallo esbelto y casi sin hojas, que son muy estrechas, por lo que se ve más. Este tallo está coronado por espigas largas y delgadas, con aristas (los pelillos) más largas que las del trigo, pero menos abundantes que en la cebada. La altura entre las diferentes plantas es más variable, por lo que el aspecto del campo es como “despeinado”, con una superficie de espigas más irregular y menos uniforme que en los campos de otros cereales.
En la espiga, cada espiguilla suele tener tres flores, pero ser fértiles dos, por lo que se puede asemejar en su disposición a la cebada de dos carreras. La planta tiene un color verde claro de joven, con toques blancos o grisáceos. Cuando está seca, la espiga no está erguida, sino que queda colgando caída (encamada). Los granos son de color café o anaranjados en las espigas pajizas, y tienen la semilla “desnuda”, sin cascarilla.
Muchas veces se siembran variedades híbridas como el triticale (hibrido de centeno y trigo), que suponen hasta 50 mil hectáreas de cultivo en España, principalmente por el sur, y que puede no distinguirse de sus parientes a simple vista. Este se utiliza principalmente como forraje, así que tiene menos interés cervecero (pero da lugar a confusión). ¡Esperemos que no os haga quedar mal al querer reconocer los campos de cereales desde lejos!
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