Hoy vamos a hablar del segundo cereal de secano más cultivado en España. El trigo. Hay muchas especies pertenecientes al género Triticum. La más habitual es el trigo harinero (Triticum aestivum o T. vulgare), aunque también os sonará el Triticum spelta, la espelta. En Alemania es más habitual que se use para hacer cerveza. En España no tanto, pero también conviene aprender a reconocerlo.
Su característica principal para diferenciarlo a simple vista es la espiga. El trigo común tiene más flores en cada espiguilla (articulación de la espiga) por lo que la espiga tiene más grano, resultando más gorda, gruesa. Además, no tiene casi arista (los pelillos de la espiga) comparado con los otros cereales, por lo que se ve más el aspecto granuloso, a simple vista. Aunque hay excepciones, como el trigo candeal.
Si el campo de cebada lo describíamos como “suave como un peluche” este es más rugoso, áspero, pudiendo casi identificar a simple vista las espigas con sus granos de semilla “desnuda”, sin cascarilla, y con aspecto menos ordenados que en las carreras de la cebada o el centeno.
Como especie, suele ser más alto que la cebada, habitualmente. Pero las variedades de cultivo se eligen bajas. Lo que se nota es que está más erguido en primeros estadios. Su color verde tiende a un tono más profundo y menos amarillento (más hacia el verde de la Guardia Civil, para entendernos), y cuando está seco, (antes de la siega) el trigo destaca por tener un color más tostado que la cebada y el centeno.
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