En esta época del año en la que se termina el verano y nos vamos reincorporando a la rutina del trabajo hay ocasiones en las que, llevado por la depresión postvacacional, te dan ganas de plantarte delante de tu jefe y soltar un sonoro: Métete el trabajo donde te quepa. Este (Take This Job and Shove It) es el título de una película de 1981 (aunque su traducción al español fue “Apáñatelas como puedas”) protagonizada por Robert Hays ( Aterriza como puedas, Sharknado 2: el regreso) y David Keith (Oficial y Caballero, Daredevil), dos habituales de series americanas.
La cinta narra la historia de Frank Macklin, un joven ejecutivo con una prometedora carrera que trabaja para un grupo de capital. Cuando su jefe adquiere varias fábricas de cerveza Frank es enviado a una de ellas para modernizar los procesos, incrementar la producción y llenar el mercado con la nueva marca.
La inyección de capital trae muchos más litros producidos, pero también descontento entre los trabajadores al tiempo que anula el carácter de la marca y el arraigo que tenía en la zona. Cuando los buenos resultados económicos precipitan la venta de la fábrica nuestro protagonista ve la luz, reniega de la producción en masa y encabeza una revuelta “craft” que lleva a la compra de una antigua micro que hacía “speciality beers”.
El mensaje final de la película es un poco simple (destacar el valor del trabajo duro y honrado frente a la especulación del capital), pero es curioso ver que hace ya casi cuatro décadas las estrategias de grandes y pequeños productores en el sector eran muy parecidas a las de hoy en día.
Advertencia: la película está convenientemente adornada con canciones de David Allan Coe y Johnny Paycheck, cantantes del denominado “outlaw country” (conuntry para los que están fuera del sistema), avisados estáis.
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