Tenemos aquí ya la cuarta de las entrevistas a empresarios del mundo cervecero sobre la situación del estado de alarma decretado por el coronavirus y el futuro de su negocio y el mundo cervecero. Hoy responden Andrew y Kike, de la cervecera cántabra DouGall’s, una de las microcervecerías artesanas con mejor reputación de España. Y esto es lo que nos contestan:
El Jardín del Lúpulo - ¿De momento, cómo ha afectado a vuestro negocio el estado de alarma y el confinamiento generalizado que se ha creado por el coronavirus?
Andrew y Kike - Al ver que cerraban los bares, la primera medida que tomamos fue asumir nosotros los portes en los pedidos por la web, para ayudar un poco a llevar mejor estos duros días de confinamiento en casa. Después nos vimos obligados a hacer un ERTE con reducción de jornada a 12 horas semanales. Carmen (control y calidad) preparó protocolos de seguridad e higiene para el equipo y nunca estamos más de dos personas en la fábrica. Nos han quedado pocos clientes a los que abastecemos elaborando, centrifugando y envasando un día a la semana. Con ellos llegamos a los pedidos de los supermercados locales de Lupa, BM y la página web. En la última semana nos han entrado pedidos de los distribuidores Beerbao (Vizcaya), Yria y Suministros Gourmet (Madrid), que se han puesto las pilas con la venta a domicilio. Ya vemos que nos reinventamos rápido y eso nos llena de optimismo para los días venideros.
¿Qué perdidas habéis sufrido y podéis cifrar ya, en estos primeros días?
Difícil de calcular, la botella va saliendo y los barriles están en frío hasta que vuelvan a abrir los bares. Nuestra bajada de facturación es del 80% más o menos. El mayor problema es la liquidez, desde el 13 de marzo apenas hemos recibido ingresos, los vencimientos con bares y distribuidores los hemos frenado en seco. En Dougall´s es como si el tiempo se hubiera detenidos el 13 de marzo y no vuelva a empezar hasta que abran los bares. Es decir, el cobro que íbamos a hacer el 15 de marzo lo haremos (cruzando los dedos) dos días después de la vuelta a la normalidad. Sin embargo la rueda sigue girando hacia proveedores de malta, lúpulo, botellas y keykegs, a los que estamos pagando cuando corresponde. Por lo que nuestra liquidez se merma cada día. No pensamos en pérdidas aún, ya que entre el ERTE y los clientes que mantenemos los números deberían salirnos para no ganar, pero tampoco perder.
¿Estáis tomando ya alguna medida para paliarlas? ¿Cuáles?
La única medida posible para paliar pérdidas es tener la actividad suficiente para pagar los gastos fijos, reducidos considerablemente con el ERTE. Estamos viviendo un significante aumento del consumo en casa, y con ese volumen ya cubrimos el gasto del alquiler, suministros, seguros... y los sueldos con jornadas de 12 horas semanales. Estamos en contacto con algún distribuidor europeo donde la actividad no ha cesado del todo y quizás saquemos algo de cerveza fuera de España, aunque aún es una incógnita. Mientras funciona el boca a boca y aumentan las ventas por la web estamos diseñando una nueva página donde haya más información sobre nuestras cervezas y lo que hacemos en Liérganes.
¿Creéis que esto producirá cambios en los modelos de consumo?
Esta es la pregunta del millón. Según Captify, empresa que analiza las búsquedas en internet, estamos viviendo un cambio en el consumo. Lo que más ha caído son las búsquedas de viajes y eventos. Lo que más ha subido son los bienes de consumo envasados y las compras a domicilio. A largo plazo ni nos imaginamos como afectará, pero a corto plazo se puede pronosticar que la gente va a viajar menos, no va a ir a conciertos multitudinarios y se quedará en casa o irá al bar. En ese escenario la cerveza artesana y su comunidad podría verse reforzada. En los grandes conciertos poca cerveza artesana se ve y al fin y al cabo, los valores que representan los pequeños negocios van en la línea de sostenibilidad y confianza que necesitamos en estos momentos.
¿Cómo veis al resto del sector cervecero frente a esta amenaza externa? ¿Qué creéis que pasará en el futuro?
Suponemos que todos asustados, deseando que pase lo más rápido posible. En el futuro es posible que haya fábricas y bares que tengamos que cerrar o retroceder a números de hace unos años. Esperamos que no se pierda mucho empleo, en nuestro caso estamos optimistas y no nos afectará a la plantilla. Hay mucha incertidumbre sobre cómo va a afectar a los hábitos de consumo y en España no nos pilla en el mejor momento, del 2013 al 2015 abrieron 206 fábrica, del 2015 al 2017 abrieron 111 fábricas y del 2017 al 2018 solo 17. Cada vez es más difícil hacerse un hueco en un sector donde crece más despacio el consumo que la oferta y esta situación extraordinaria no llega en el mejor momento para muchas fábricas. Sobre bares sería mejor preguntarles a ellos.
¿Qué podemos hacer los amantes de la cerveza para ayudar?
Quedarnos en casa con salud, para volver a aportar nuestro traguito de cebada cuando todo haya pasado. Los bares esperarán con los grifos abiertos, los distribuidores con las neveras llenas y los productores con ganas de hacer lo que más nos gusta.
¿Hay alguna lectura positiva de todo esto que podamos sacar?
En nuestro pequeño sector siempre hemos estado muy unidos. Ahora más que nunca debemos ayudarnos productores, distribuidores, hosteleros, comunicadores y consumidores. Las ganas de ayudar se palpan y mantiene a la comunidad cervecera aún más unida. Podría suceder que el shock colectivo de la cuarentena haga que algunas personas se den cuenta de que los productos locales y de cercanía son importantes para la comunidad. Podríamos encontrarnos con una nueva oleada de consumidores buscando, no solo nuevos sabores y experiencias, sino apoyar la economía local. Un vez estén dentro del mundo de la cerveza, es difícil que se nos escapen.
Un abrazo y gracias.
Muchas gracias, Kike y Andrew, por vuestras respuestas. Seguiremos estos días bebiendo en casa y haciendo pedidos online, pero saldremos a vaciar grifos y barriles físicamente en cuanto podamos. ¡Nos vemos entonces!
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