En lata (aunque de 33 cl) y turbio, hemos bebido esta New England IPA sueca. No, no es que nos haya salido barba hípster, es que nos gusta probar de todo. Y las NEIPAs son lo que se lleva ahora, así que hay que opinar.
Esta en concreto es amarilla-anaranjada, muy turbia, con aspecto de batido o de zumo. Pero con tropezones: posos, flotantes y arenilla acaban en el vaso (siempre hemos dicho que es una cosa que no nos gusta de usar latas para cervezas sin filtrar; es difícil prever eso al servir). La espuma es de color blanco, tamaño medio, persistencia baja y aspecto feo.
Huele y sabe como un zumo de naranja, mandarina y pomelo. Es muy frutal, cítrica y dulce de primeras (aunque también algo amarga). Desde luego, parece más algo que pudieses encontrar en una frutería que en una cervecería.
Como punto fuerte, tiene lo bien que con tanto lúpulo frutal esconde el alcohol. Los 7% ABV no se notan, reforzando la sensación de beber un zumo. Como punto flojo, su aspecto, lleno de restos floculados navegando por el líquido.
“Mi opinión en un Tweet:” Tus recuerdos puedes ser turbios si te bebes dos de estas. Nota: Bien bajo.
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