Desde la cervecera que rescató el estilo Witbier de la mano de Pierre Celis en la segunda mitad del siglo pasado, os traemos otra de sus especialidades. Decimos otra porque ya hablamos hace cinco años de su Fruta Prohibida, pero también es curioso que no hemos reseñado la “básica” en todo este tiempo”. Tomamos nota e intentaremos solucionarlo pronto.
Pero centrándonos en su cerveza “reserva”, la Grand Cru: esta es de color ámbar profundo, anaranjada y turbia. Está bastante carbonatada, así que genera una espuma blanca abundante y densa, bonita. El aroma es muy belga y maltoso, con notas de pastelería, pan y especias, además de la levadura. Promete bastante.
El sabor es dulce y especiado, rico. Se podría apreciar más con un punto menos de carbonatación, pero está muy bien. El alcohol (que tiene 8,5% ABV) está integrado y ni se nota. Y acaba con in toque amargo que finaliza bien el trago.
Pese a ser una cerveza con especias (cilantro y cáscara de naranja), como la Witbier famosa de la casa, según su etiquetado esta no lleva trigo, por lo que se aproximaría más a una Triple o una Strong Golden Ale. Y fuerte es. Pero a la vez sabrosa. ¡Probadla si no lo habéis hecho!
“Mi opinión en un Tweet:” Una gran cru...da te puede coger como no te moderes con estas cosas. Nota: Notable alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario