Siempre os recomendamos beber con moderación. Y más en estos tiempos de confinamiento, donde el consumo de cerveza puede dispararse sin que apenas nos demos cuenta. Por eso nos gusta reseñar cervezas Sin Alcohol, ya que os animamos a consumirlas cuando estén ricas y merezca la pena, para no sobrecargar nuestros hígados (y cabezas).
El problema es que no todas las cervezas sin alcohol están ricas, y son pocas las que dan el pego. Os hemos recomendado algunas muy buenas… pero no es el caso de esta, lamentablemente.
Esta lo que tiene de interesante es su color: negra (bueno, con transparencia y brillos rubí, rojiza oscura) y de espuma beis clara, esponjosa, de persistencia media-baja. En el olor destacan las notas de caramelizado, que tienden al quemado.
Y en el sabor, el dulce y maltoso típico de las sin alcohol, pero al menos complementado por el tostado de las maltas, con lo cual le da algo de interés. Pero no mucho. Quizá mejor que las “sin” tostadas de moda. Pero desde luego mucho peor que una Stout o una Dunkel.
“Mi opinión en un Tweet:” El lado oscuro de las Sin Alcohol (pero para bien, digo). Nota: Suficiente alto.
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