Juzgado de Etiquetas: Reptilian Apokalypse

El tribunal supremo de los asuntos etiquetiles está ocupado y delega en nosotros que, de vez en cuando, recuperemos esta sección y analicemos el grado de cumplimiento de las obligaciones en materia de información al consumidor que tienen las cervezas en España. Hoy el Juzgado de Etiquetas dará sentencia sobre la Scotch Barrel Aged Imperial Stout de Reptilian Brewery, llamada Apokalypse.
Juzgado de Etiquetas: Reptilian Apokalypse
El nombre y la estética auguran lo que nos vamos a encontrar: una cerveza potente y cañera como una canción de heavy metal, con alcohol proporcional a la duración de sus solos de guitarra. Pero queremos ver cómo nos da esa información… y texto aparece poquito.

Buscando las cuatro patas básicas de la información obligatoria que ha de aparecer en el mismo campo visual... vemos que nos falta una de ellas: la de la denominación de producto. Por su grado alcohólico, estamos seguros de que debería categorizarse como “Cerveza Negra Extra”. ¿Por qué hace falta esto de manera legal? Pues porque en el etiquetado no dice en ningún lugar que sea cerveza y no hidromiel, por ejemplo. Y el público puede no saber lo que es una Russian Imperial Stout.

Las otras tres cosas obligatorias están: alcohol bien puesto; contenido en centilitros también. La fecha de duración mínima –ojo– podría no ponerse, ya que las bebidas con más de 10 grados están exentas. Pero si aparece, debe ir precedida de la leyenda «Consumir preferentemente antes del ...» cuando la fecha incluye la indicación del día. No de “Cons. Pref” que no viene a significar nada en términos legales.

El lote, que al tener la fecha de duración mínima, por lo menos, el día y el mes indicados claramente y en orden, puede prescindirse de él. Pero si no se hace así debe ir precedido de la letra L y, en todos los casos, de tal manera que sea fácilmente visible, claramente legible e indeleble. Así que aquí hay un par de cosas a mejorar…

Otro fallo, y este de los gordos, es la ausencia de alérgenos destacados. Ya que se listan los ingredientes, deberían aparecer de manera fácilmente destacada (con negrita y subrayado, por ejemplo) los que son potencialmente peligrosos para quien sufra alergias alimenticias. En este caso, la malta de cebada.

Y yendo al resto del texto, es correcto que aparece la identificación de la empresa y su domicilio, tal y como la ley pide. Lo que echamos en falta, que también es obligatorio si lo necesita para alcanzar la fecha de consumo preferente en buen estado, son las condiciones de conservación. Si hasta los garbanzos pone “Guardar en lugar fresco y seco, protegido de la luz”, probablemente esta cerveza artesana lo requiera para estar bien en 2025… así que debería llevarlas.

En el apartado de extras cerveceros, aparte de poner el estilo y su envejecimiento y el número de IBUs, no da datos voluntarios sobre maltas, lúpulos o recomendaciones de servicio, temperatura, vaso o maridaje, que siempre creemos que pueden ayudar a divulgar la cultura cervecera y orientar al consumidor menos experimentado. Una pena.

Conclusión: Aunque el estilo de la etiqueta nos gusta, tiene carencias importantes en asuntos cruciales como los alérgenos y alguno de los apartados obligatorios, sin recibir compensación de puntos por los voluntarios. Nota sobre 10: 4.

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