Hay que reconocer que la familia británica de las cervezas también es una de las más prolíficas en cócteles con cerveza. Pese a que las Lager sean en el mundo el estilo más venido, las Ale tienen esa complejidad que las hace tan buenos ingredientes en cocina y coctelería.
Eso y que permite hacer cócteles sin complicaciones, como este Dog’s Nose. Porque la receta es tan simple que apabulla: una medida de ginebra (5 centilitros) y después echar una botella de cerveza Ale. Dependiendo de la receta, recomiendan una u otra.
Nuestra apuesta es por una Bitter, maltosa y amarga. Pero con una Stout cremosa también puede quedar bien. O con una Porter ligera. Incluso con una Pale Ale no muy lupulada. Vamos, que da mucho juego e incluso se pueden comparar diversas versiones.
Tras haberlas mezclado, meted vuestro hocico y olfatead como sabuesos. Pero ojo no os paséis con el consumo, que si no, para la resaca, tendrás que tomar no la nariz del perro, sino “pelo del perro que te mordió”. O eso dicen los angloparlantes.
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