Como ya sabréis a estas alturas, de entre los blogs especializados en cerveza siempre hemos sido de los más atípicos por el espacio que damos las Sin alcohol y a las mezclas con limón (llámese Shandy, Clara, Radler o lo que los del departamento de márquetin impongan).
Y es que ambos mercados son muy potentes en España. Y esos consumidores tienen el mismo derecho que los que beben Triples IPAs a saber qué elaboración merece más la pena y cual hay que evitar. Es por ello que nos cuesta no meter en la cesta cualquiera que vemos.
Como esta de Perlenbacher, que es mitad cerveza y mitad refresco (con zumo de limón a partir de concentrado, de naranja y extractos). Pero que dentro de lo que cabe es de las más aceptables. Aunque no sea su fuerte su aspecto turbio amarillento y apagado, pazijo y… barrillo.
Tampoco acompaña demasiado la espuma, de cantidad media baja y aspecto feo, que además persiste poco y desaparece crepitando. Pero en aroma y sabor da el pego a lo que en un bar sería una caña con limón.
Algo sabe a cerveza aún, sin ser un mero refresco. Y los toques cítricos dan hasta sabores ricos y no demasiado artificiales. Así que para los días de calor como los que nos esperan, sirve, porque de alcohol tiene solamente 2,5% vol., así que puedes usarla para matar la sed.
“Mi opinión en un Tweet:” Sin dañar mucho al hígado ni al bolsillo. Nota: Bien bajo.
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