La fábrica belga St. Bernardus, de la que ya hemos comentado muchas cervezas, abrió hace años un local en el distrito de Kanda de Tokio. Y para dicha ocasión elaboraron una receta especial que ya pudimos probar cuando visitamos sus instalaciones en Watou.
Ahora esa receta se ha renovado (y en formato de lata, además, acorde a los tiempos) y ha vuelto a su catálogo como fija. Cosa que nos congratula, porque nuestro recuerdo era bueno. ¿Seguirá siéndolo en su nueva reencarnación? ¡No podemos menos que confiar en la fábrica que alguna vez hizo la Westvleteren!
Esta Witbier es de color amarillento, más clara que su Witbier pero igual de turbia. Y la corona una espuma blanca de cantidad media y persistencia media-baja, pero muy pegajosa en la copa, dejando un buen encaje de Bruselas. Muy bonita.
El aroma recuerda a otras cervezas de trigo belga, pero con mayor presencia del cereal y los fenoles especiados. Y en boca resulta muy equilibrada, suave y fresca, con matices cítricos y florales y cierta acidez final. La marca la describe como algo a medio camino entre una Witbier y una Saison.
Aunque indudablemente la venden como Wit, porque es a lo que más se acerca. Aunque con sus 6% vol. anda algo subida de tono. Así que ojo para beberla. Mejor acompañarla de un wok de gambas (por lo oriental) o de unos mejillones al vapor (por lo belga).
“Mi opinión en un Tweet:” Vuelo directo de Japón a Flandes. Nota: Notable.
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