La espuma es blanca y escasa (esto sí es más esperable tras el añejamiento). Igual que el aroma a madera y bodega (humedad), con poca presencia del lúpulo, aunque ligera de las maltas, y cierto olor a vinagre. El sabor es ácido, pero con notas afrutadas y final seco.
Y ojo, que tiene 7,3% ABV, pero como todos sus elementos alcanzan un buen equilibrio… apenas se hacen notar más que en cierta calidez… que notas después. Así que consumidlas con moderación y cierta cantidad de sorpresa.
“Mi opinión en un Tweet:” Curioso y raro envejecimiento para una Pale Ale, pero que queda bien. Nota: Bien.
Me tengo que lanzar al tema lámbico y ácido, aunque iré leyendo algo más para no asustarme al primer trago jeje.
ResponderEliminarSaludos!
Pruébalas porque hay que probar de todo. Y repite de vez en cuando, si lo crees necesario. Pero no te agobies si no te mola. Es normal, son sabores que estamos acostumbrados a notar en las cervezas (y alimentos) estropeados. Es lógico que el cuerpo reaccione negativamente. Y no veo la necesidad de "educarlo a ello", habiendo tantas cervezas que ya nos gustan.
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