Aunque en España estemos acostumbrados a relacionar las cervezas alemanas de medio litro con el trigo, esto no es para nada acertado. En el país germánico tienen gran variedad de estilos que no contienen a este cereal en su composición y que acostumbran a beber en cantidad, y uno de ellos es el de la cerveza que hoy vamos a catar: Kellerbier. Este estilo se corresponde habitualmente a cervezas más oscuras, pero hay una variación que se denomina Pale Kellerbier, que es el caso que nos concierne.
La cervecera Ayinger vuelve a no defraudar con este clasicazo de apariencia casi transparente y un color dorado, coronado con una espuma blanca de retención media. Al acercarla a la nariz aparecen aromas herbales, incluso florales, acompañados por el olor a cereal malteado que da indicios de su dulzor.
En boca es una cerveza maltosa, pero sutil, que de nuevo presenta notas herbales y recuerdos dulces, y para nada empalagan, pese a que el amargor es prácticamente inexistente. Estamos ante un cuerpo medio, como también lo es su carbonatación, al mismo tiempo agradable que invita al trago, que es limpio y cremoso.
Por otro lado tiene tan solo un 4,9% ABV, así que es fácil considerarla una cerveza de cabecera de la que podrás tomarte unas cuantas, acompañado comidas ligeras o tradicionales. Una cerveza con una receta "de libro".
“Mi opinión en un Tweet:” Oro parece, plátano no es, pero es alemana y está muy buena. Nota: Notable.
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