ESPUMA. La corona que genera una cerveza se debe a la carbonatación que tiene esta bebida. A diferencia de los refrescos, las características de la cerveza (como la presencia de proteínas del cereal o de alfa ácidos del lúpulo) hacen que estas burbujas formen una capa persistente de espuma (o giste). Es muy importante para ir liberando poco a poco los aromas y proteger la cerveza, así que tenedlo en cuenta a la hora de
servir una cerveza adecuadamente.
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