Una de esas cervezas rubias, tipo Pilsner, que son mundialmente famosas es esta que parece mentira que no hayamos reseñado nunca en El Jardín. Aunque quizá por eso se quedan fuera de las reseñas… ¿Para qué la vas a comentar si todo el mundo la conoce? Pero bueno, quizá hay alguien que no, o que se acaba de interesar por el mundo cervecero. Así que allá va…
Esta cerveza de origen belga, de Lovaina, pertenece en la actualidad al gran conglomerado cervecero AB InBev, y se elabora en diferentes partes del mundo, en fábricas propias o bajo licencia. En las películas americanas suele salir como cerveza “de importación europea”, para indicar que el que la bebe tiene más clase que para beber simplemente Bud.
Como cerveza tipo Pale Lager que es (aunque dicen que originalmente se hizo como cerveza navideña, de ahí su nombre de estrella) es rubia clarita, limpia y brillante, con una cabeza de espuma blanca abundante.
En aroma se nota tanto el perfil floral y herbal del Saaz como el adelanto maltoso del sabor dulce que nos vamos a encontrar en boca. El final levemente amargo equilibra el trago, como acostumbra en este estilo.
Con sólo 5% ABV no es tampoco muy dañina para la cabeza (o el hígado), pero tampoco aporta demasiado más que cualquier otra cerveza “Premium” internacional. Y desde luego, no le vemos que te haga parecer un europeo sofisticado, salvo a ojos de un redneck, claro.
“Mi opinión en un Tweet:” Si la estrella te lleva a una botella verde… eso está muy visto. Nota: Suficiente.
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