Dentro de las cervezas de fermentación mixta (esto es, empiezan como cervezas de alta fermentación pero luego se dejan madurar, habitualmente en grandes barricas, para que actúen también otros microorganismos), la “Duquesa”, elaborada por la Brouwerij Verhaeghe, ha sido siempre nuestra favorita.
Esta cervecería, sita al sur del Flandes Occidental y cuya historia se remonta a 1885, ha sacado ahora un par de versiones “nuevas” de su buque insignia. Y esta que comentamos hoy es la base de la otra, así que empecemos por la “Cherry”.
Es una mezcla de cerveza que madura para hacer la Duchesse de Bourgogne, con 1 o 2 años de evolución, y cerezas ácidas de la zona. Esto añade más rojo a su perfil ya de por sí rojo, acabando con un color profundo y sorprendentemente limpio.
Incluso la espuma se tizna de rojo, con un tono rosa palo, de cantidad media pero persistencia baja, quedando una fina línea sin apenas encaje de Bruselas, crepitante. El aroma es como el de su cerveza base, pero más afrutado. Madera, fruta, acidez…
En boca, incluso más: recuerda a peras al vino o a la Liefmans Glühkriek de la que comentamos algo parecido. Como pega, su elevada carbonatación (ojo que alguna nos ha hecho geiser en la mesa) y que es algo más ácida que la base. El alcohol, también tirando a alto: 6,8% ABV.
“Mi opinión en un Tweet:” Deberían haber cambiado el pajarito por un petirrojo. Nota: Bien.
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