Como ya os hemos explicado en ocasiones anteriores, “Grand Cru” no es un estilo por sí mismo, sino que indica que esa cerveza es la mejor de la casa, el top de su gama o que al menos le han puesto cariño para hacerla (o nombrarla). Y esta de la gama 1897 de especialidades del Mercadona es su “Abadía” más potente.
De color rubio dorado, limpio y brillante, se corona por una espuma blanca mediocre. Ni es demasiado abundante, ni demasiado bonita (y, por supuesto, poco duradera). Pero vamos a juzgar lo importante…
El aroma es leve, con toques maltosos y levadurosos, afrutados. Pero nada destacable. Y el sabor es más amargo de lo que te esperas, con cierta sequedad y su punto especiado. Este se debe también a que entre los ingredientes aparecen los condimentos típicos de las cervezas belgas: cilantro y cáscara de naranja; acompañados de los menos típicos jarabe de fructosa y glucosa, y de trigo y arroz para rematar la jugada.
Habiendo otras similares en abadías (e incluso trapenses) a muy buen precio y con una calidad y acabados mucho mejores, el único motivo para coger esta birra de 7,9% ABV es que esta cadena de supermercados sea la única fuente de cerveza que tienes disponible.
Ah, y dado que ya estamos implementando el aumento de párrafos a cinco para poder incluir algo de historia de la fábrica, que sepáis que la cervecera que la elabora (Brasserie de Saint-Omer), sita en Nord-Pas-de-Calais, estuvo hace unas décadas durante 12 años bajo la propiedad de Heineken, aunque ahora vuelve a ser independiente (bajo el control de André Pecqueur, que también tiene la Brasserie Goudale y elabora las Belzebuth, Triple Secret des Moines o La Bière du Demon).
“Mi opinión en un Tweet:” Es más obligación que devoción. Nota: Suficiente.
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