Hoy vamos a hablar de una cerveza inglesa. Los que nos conocéis sabemos que tenemos verdadera debilidad por esas sopas lupuladas, no del todo frías, que los británicos consumen en sus pubs. No acabamos de hacernos al mundo moderno, y vivimos felices en tugurios viejos y oscuros (al menos, en nuestra imaginación).
Esta cerveza, elaborada originalmente en 1979 para conmemorar el 50 aniversario de la fábrica de coches de MG en Abingdon (y nombrada en honor al coche que usaba el personal para trasladarse por allí), es una Bitter (también catalogada como ESB).
De color meloso, ámbar profunda, parece por su tono cobre rojizo una Brown ale clara, con una espuma escasa (las cervezas inglesas suelen tener muy poca carbonatación) pero compacta. El olor es maltoso, típicamente inglés con toques de fruta madura, acompañado de un sabor equilibrado y rico. Pese al protagonismo de la malta Crystal, no resulta acaramelada sino fresca, con toffe pero con algo de aspereza y amargor final (lleva Challenger, Pilgrim, First Gold y Goldings). Y con buen cuerpo y cremosidad sedosa.
Con un alcohol de 5% ABV, resulta de las cervezas fáciles de beber, de las de decir al camarero: “¡Que sean 10!”. Y por eso (y porque se encuentra relativamente fácil y es de las que dan más de lo que esperas) suele ser un habitual de nuestras neveras. ¿Tú la has probado?
“Mi opinión en un Tweet:” Me hace querer vestir de tweed y mirar la campiña. Nota: Notable.
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