Esta cerveza fue bastante polémica en su momento. Con las siglas de IPA y la historia de Brewdog, el sacar una Pale Ale con 4,2% ABV, 30 IBUs y pensada como “headliner” (o sea, cerveza de cabecera, para los grifos y lineales al alcance de todo el mundo) chocó por sencilla y floja.
Pero es que imaginamos que hasta los “punks” con sed de “independencia” necesitan beber cosas de beber cantidad y que no sea muy fuerte. Y esta cerveza dorada y limpia, con espuma esponjosa pero consistente, lo cumple.
Huele lo justo a lúpulo (Cascade, Mosaic y Simcoe) y es dulce y afrutada, con notas cítricas, cuerpo leve y paso fresco. Es verdad que es floja. Pero no es mala. Se puede disfrutar de beberlas, siempre que no esperes un pepinazo.
Es la versión “ale y con pelín de lúpulo moderno” de la rubia o la lager que todas las marcas suelen tener en su gama base, para que la gente pueda beber sin pensar, atraer a público sin ser demasiado agresivo y, en el fondo, vender muchos más litros, que ser “Independent” no significa no ser un negocio.
“Mi opinión en un Tweet:” La he bebido en cachi en Escocia, y está hecha para eso. Nota: Bien.
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