Cine y Cerveza: Tiburón

En 1975 se estrena en los cines una película de un director que no llegaba a los treinta años y que marcaría a varias generaciones. Ese director era Steven Spielberg, y la cinta, Tiburón. Todos conocemos la historia del escualo que atemoriza la playa de un pueblo turístico. A pesar de las advertencias de los científicos el alcalde no quiere cerrar la playa por los efectos económicos, hasta que la muerte de un niño hace que haya que tomar medidas drásticas (un argumento que no es tan diferente al usado para muchas cosas del coronavirus).

El equipo que se dispone a cazarlo lo forman un sheriff con miedo al agua, un joven oceanógrafo y un curtido cazador de tiburones. La tensión en el barco entre ellos es evidente, se enfrentan a un enorme peligro y sus distintas personalidades chocan constantemente.

La escena que nos interesa es en la que Quint, el cazador de tiburones, marca su posición de mando sobre Hooper, el oceanógrafo, y lo hace bebiendo una cerveza de dos tragos y aplastando la lata. Hooper intenta hacer lo mismo, pero aplastar un vaso de plástico no trasmite la misma autoridad que hacerlo con una lata de aluminio de las de antes (mucho más gruesas y sólidas que las de ahora). Con un simple gesto Spielberg deja claro quién lleva las riendas de esta misión.

Esperemos que dentro de un tiempo podamos, como en otra escena mítica de esta película, charlar con los amigos mientras bebemos unas cervezas y mostramos las cicatrices que muestran que hemos vivido (y sobrevivido).



El impacto de esta escena fue tan grande que la marca de la cerveza que sale mantuvo la imagen como promoción de su cerveza Lager durante muchos años, con reediciones periódicas de la icónica lata.

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