Esta cerveza se llama POG por las siglas en inglés de las frutas de una bebida hawaiana: “passion fruit, orange and guava”; o sea maracuyá (fruta de la pasión), naranja y guayaba en castellano. Y es una Berliner Weisse (ya sabéis, ese estilo de cerveza de trigo ácido alemán).
Así que de estos californianos de la gárgola con alas nos llega ahora esta receta creada en 2016 para un festival (cuando la marca cumplía 20 añitos ya, que nos parece que estas craft son de hace nada, pero ya tienen cuarto de siglo de experiencia).
Antes de empezar a hablar de fruta, el aspecto es de color amarillo oscuro, profundo y turbio… tan turbio que hay verdaderos posos. La corona de espuma es de color blanco roto, de cantidad y persistencia medias.
Y a la hora de acercar el vaso a la nariz, pues huele a frutas cítricas, siendo la más característica (o la que mejor reconocemos, al menos) la naranja. Pero vamos, que es indudablemente cítrica además de tropical. En la boca pasa algo parecido, es muy ácida pero a la vez dulce. También como un zumo de naranja.
Vamos, que si no es por el alcohol (4,7% ABV) y la carbonatación con su espumita y todo, cualquiera podría decir que estamos ante un zumo de naranja y frutas. ¿Es lo que os pedía hoy el cuerpo? ¿Un mimosa? Pues entonces esta cerveza os sirve, por supuesto.
“Mi opinión en un Tweet:” Otra de las 5 raciones que tengo que tomar cada día. Nota: Bien bajo.
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