La revolución en el camino de las cervezas sin alcohol del mercado más generalista, al menos en España, quedó marcada por la aparición de las “tostadas 0,0”. Ese subestilo sin más concreción que el tener un tono más oscuro que las otras Lagers más rubias también sin alcohol a las que acostumbramos.
Si bien una de las pioneras fue la de Mahou, la otra matriz de la casa, San Miguel, no iba a quedarse atrás. Y sacaron una a la sombra de su reciente lanzamiento de la Magna, pero llamándola “Roja” (como la de Alhambra). Ser ve que esta estrategia de marketing no funcionó y que el público prefiere vocablos conocidos, porque ahora su coloración pasa a llamarse “Tostada”.
Y oye, es verdad que era rojiza. Un ámbar profundo de aspecto bonito y brillante. Tampoco da mala presencia la espuma, que es de color hueso y compacta, pegajosa y persistente. La lástima es que aquí acaban todas las cosas que decir positivas.
Si a la magna “normal”, la verde, se le aprecia algún aroma lupulado, aquí solo encuentras mosto de malta acaramelado (al menos es 100% malta, eso sí). Todo grano de cebada pero nada de amargor que lo compense, con lo cual el trago resulta cansino.
Por eso creemos que no entrará en el top de las Sin Alcohol Tostadas, y mucho menos en el que no importe el color, y menos ahora que por fin hay gran variedad de micro-cerveceras probando a hacer sus cervezas sin (aunque no lleguen al 0,0% ABV, claro).
“Mi opinión en un Tweet:” Hay que ser magnánimo, anda, que es una sin alcohol… Nota: Suficiente bajo.
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