Hoy vamos a comentar esta cerveza de una de las casa más aclamadas belgas en lo que a fermentaciones mixtas (las que combinan el elaborar una cerveza de alta fermentación y luego dejar que sobre ella actúen levaduras salvajes y otras fermentaciones) se refiere.
La fábrica, fundada en 1821 (y ahora en el paraguas de Swinkels Family Brewers, o sea Bavaria), tiene 294 foeders (los grandes barriles de maduración de la cerveza) de roble, algunos con más de 150 años de antigüedad, y que están protegidos como patrimonio industrial de la comunidad Flamenca.
Esta cerveza parece buscar el mismo nicho de mercado que la Liefmans Fruitesse, copiando incluso la presentación “on the rocks”, con hielo. Lo que la deja más cerca de algún otro refresco de color rojo intenso y brillante, de espuma rosada, que de una cerveza “de verdad”.
Huele bastante a fruta (tiene un 7% de zumo de cereza) y un poco a sour avinagrada. Esta combinación se debe, aparte de la fruta, a la mezcla de cerveza joven y vieja, lo que le añade frescura y complejidad.
También pasa en el sabor, acidulce pero no empalagoso. Además tiene buen cuerpo y bajo alcohol (3,9% ABV), con lo cual puede servir como cóctel en si misma si le añades aparte de hielo unas rodajas de lima y un poco de menta, o como base para otros cocktails afrutados.
“Mi opinión en un Tweet:” Pero no sirve si buscas algo que realmente sepa a cerveza, claro. Nota: Bien bajo.
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