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Weihenstephaner Hefe Weissbier

Como dijimos la semana pasada, esta cerveza es quizá, probablemente, la mejor cerveza del mundo. Al menos, entre las cervezas de trigo bávaras. No por algo se hace en la cervecería más antigua del mundo (desde 1040). Y resulta que, cuando fuimos a hacer el Top 5 de mejores cervezas Weissbier, ¡pues no la teníamos reseñada!

Weihenstephaner Hefe Weissbier
Y a eso le ponemos remedio rápido: Una cerveza amarillo-anaranjado, turbia por su levadura en suspensión (hefe, en alemán), coronada por una espuma blanca, esponjosa, abundante (ojo al servirla en su vaso alargado) y persistente.

El aroma y el sabor tienen ambos ese toque que caracteriza a las cervezas de trigo alemanas: plátano y clavo. En abundancia. Pero también pan, grano y un dulzor en boca muy sabroso, pero para nada empalagoso.

Una cerveza sin duda excepcional (y a buen precio), que no tiene tampoco mucho alcohol (5,4% ABV) pero sí que tiene mucho cuerpo y densidad en boca. Si no la habéis probado aún, es imprescindible que lo hagáis. ¡Ya!

“Mi opinión en un Tweet:” Mil años de experiencia cervecera en tu boca. Nota: Matrícula de honor.

MalasPintas Twins BruXa

Por fin tenemos el orgullo de poder traer aquí la reseña de la ganadora de nuestro 10º Concurso Homebrewer, en su versión comercial, elaborada profesionalmente en la fábrica cántabra de la cervecera DouGall’s como os contamos hace meses en este vídeo en el que se ve a los ganadores, Gerardo y Jesús García Ortín, haciéndola.

MalasPintas Twins / Dougall's BruXa
Sobre la cerveza, como ya hemos hablado mucho de ella, de lo bonito de su botella original, y hasta hemos hecho una entrevista a los autores pues aquí no vamos a repetirnos mucho más y sólo decir que es una Doppelbock, un estilo de Lager fuerte y maltoso alemán, y que lleva seis tipos de maltas y lúpulo Hallertau Tradition.

Y ahora, la cata, que es lo novedoso. En el vaso tiene color marrón oscuro, profundo, de brillos rubí. Y el color se extiende a la espuma, que nos recuerda a la cerámica de la botella original, con sus burbujas prietas. Los aromas que desprende son sobre todo maltosos, muy agradables y complejos. Encontramos en ella notas a chocolate, a grano de cereal, a pan tostado…

Y en el sabor, esa maltosidad se define en dulzor, pero bien equilibrado, nada empalagoso. Le otorga también bastante cuerpo, algo de sedosidad, y un trago muy fácil. Que esconde el alcohol que tiene (nada menos que 8% vol.) en la boca… aunque se hacen notar en la garganta después. ¡Pero que tienen igualmente mucho peligro!

MalasPintas Twins / Dougall's BruXa
Como sabéis, siempre nos gusta guardar y comparar una botella de la versión homebrewer presentada para poder comparar la elaboración casera con la elaboración profesional. Y ahora que la hecha en Liérganes ya tiene unos meses de maduración podemos decir que están casi iguales, que es una de las veces que más se ha logrado clavar la receta. Es cierto que la otra (a punto de cumplir dos años en botella) tiene algo de oxidación y un punto más seco y menos aromático… pero por lo demás, como dos gotas de agua.

“Mi opinión en un Tweet:” Probadla, no dejéis que la Bruja ni la Cabra pasen de largo. Nota: Matrícula de honor.

Porterhouse Celebration Stout Barrel Aged

Hace años, cuando salió por primera vez la versión en barrica de whisky de la Celebration Stout (y además con 11%), flipamos en colores. Un cervezote, potente y sabroso, y aun precio muy asequible para los standard de 2012 (imaginad que barato nos parecería ahora). Algo que echaríamos mucho de menos en los años venideros, con las Paradox subiendo a precios exorbitados y sin recibir cosas así.

Por suerte el año pasado llegó la 4th release de barricas de Porterhouse, esta vez en colaboración con la destilería Dingle. Y si aquella que probamos estaba en barricas de Whiskey Killieggan, esta está en barricas de Bourbon y Oporto. Y le sienta bien el cambio.

De color negro súper intenso, opaca y densa, la corona una espuma marrón claro, rojiza. No muy abundante, pero de buena persistencia. Huele a bizcocho y licor (sobre todo a bourbon) y sabe a chocolate, café y bombón, tras la cortina de alcohol que tiene (aunque aun así, no llega a aparentar los 12% ABV que posee realmente).

Es cremosa, es densa, es rica y deliciosa. Es una cosa que bien merece probar (y coger algunas para guardar, aún tenemos un par) y compartir. Porque es de beber despacito, y sólo con una puedes acabar perjudicado. Lo sabemos por expe… nos lo ha contado un amigo.

“Mi opinión en un Tweet:” Realmente enamorados del concepto IRS + barrica. Nota: Matrícula de Honor.

Top 5 Cervezas en Untappd

Hace un tiempo comentábamos en nuestras redes sociales que las cervezas mejor valoradas tenemos en la aplicación de Untappd (para compartir y valorar las cervezas que te tomas con tus followers) nos sorprendían por ser la mayoría un producto medianamente clásico y asequible. Nada de cosas muy frikis, modernas o snob. Por ello hemos creído que merece que seleccionemos las 5 cervezas que en nuestra opinión sin duda merecerían 5 estrellas en dicha aplicación, ahora y siempre.

5 cervezas que en nuestra opinión sin duda merecerían 5 estrellas en Untappd
Samuel Smith's Imperial Stout (7% alc.). Una de nuestras cervezas favorita-de-toda-la-vida. De las primeras que nos abrieron los ojos al beber cerveza como placer (más allá de embriagarnos cual adolescentes) y por lo tanto la primera que reseñamos cuando hace años empezamos esta web. ¡No podía no encabezar esta lista! Una delicia de cerveza negra inglesa llena de sabor a chocolate, café y malta.

Trappistes Rochefort 10 (11,3% alc.). Aunque se llame “Diez”, ojo que tiene todavía más alcohol. Pero no miente en la nota, es un 10. Matrícula de honor. Una de las cervezas más potentes y sin embargo, agradables. Compleja, intensa, sabrosa. Y un verdadero ejemplo de cerveza de abadía trapense belga, que demuestra que se hicieron famosas por algo.

Shepherd Neame Spitfire (4,5% alc.). La cerveza inglesa en general siempre ha estado entre nuestras favoritas. Su baja carbonatación y el poco alcohol, y que hasta las cervezas que llaman “amargas” o “fuertes” son relativamente suaves o compensadas hacen que podamos beber muchas. Y más si tiene el perfil equilibrado con presencia de maltas en boca y de lúpulo en nariz de esta Ale estilo Bitter. ¡Muy recomendable!

Weltenburger Kloster Barock Dunkel (4,7% alc.). De una de las cervecerías más antiguas del mundo (desde 1050, ahí es nada, dentro de poco cumplen un milenio) nos llega una cerveza que, aunque puedas creer que es de trigo por el formato de medio litro alemán, es de cebada. Y oscura, que es lo que significa Dunkel. Pero es sabrosa e interesante pese a su bajo alcohol.

BrewDog Dead Pony Club (3,8% alc.). Esta quizá sea la cerveza más moderna de esta lista, pero es que combina perfectamente lo que decíamos antes que nos gustaba de las cervezas inglesas, junto con un toque moderno rollo Pale Ale americana (mucho más lúpulo, vamos). Por eso repetimos de ella a menudo y la valoramos bien. Ideal para primeras horas o picoteos por ahí.

Estas cinco cervezas son algo que si no habéis probado (ya os vale, cerveceros) debéis probar al menos una vez en la vida. Productos clásicos (o relativamente clásicos) que se encuentran sin problemas fácilmente. Y que nos sirven de base para conocer o juzgar los siguientes estilos de cerveza que vayamos probando, ya que muchas veces nos olvidamos de los orígenes. Ah, y podéis comprobar otras cervezas bien (o mal) valoradas siguiéndonos en Untappd, claro.

La Pirata Black Block Bourbon Barrel Aged

Siguiendo con nuestra “penitencia” de compensar el despiste de no haber reseñado como acostumbramos al menos una vez al mes una cerveza española, este mes dedicamos todas las entradas de cata a ello. Y hoy apuntamos alto, con una cerveza indiscutiblemente buena (por ello la mencionamos como ejemplo de continuidad en los premios del BBCH).

La Pirata Black Block Bourbon Barrel Aged
Es la versión envejecida durante 12 meses en barricas de la Imperial Stout de la casa. Una marca que empezó en el homebrewing y como gypsy brewer (ha llovido desde que bebimos las primeras en la primera feria de Noblejas) y que ahora tiene fábrica propia en Súria (Barcelona).

Es por supuesto una cerveza negra y opaca, aunque la recordábamos incluso más densa. La espuma es de color marrón claro y muy escasa, poco persistente. Finalmente queda en un aleve rastro en el vaso, casi nula. Pero podríamos decir que es su única pega.

El aroma es bueno e intenso, con mucha presencia del bourbon y el alcohol, pero olores a vainilla, café, pasas y crema deliciosos. Y el sabor es fuerte en todos los sentidos: muy amargo y muy duce, muy alcohólico y muy pelotazo. La versión IRS del agua de fuego.

Pero luego va y entra sola, la cabrona. Equilibrandose 13% ABV con los 72 IBUs y tanta malta como llevará, para que el trago sea compensado a cada sorbo (porque eso sí, es de beber despacito). Pero gota a gota se va acabando, el vaso queda vacío y da pena que se acabe, y todo.

“Mi opinión en un Tweet:” -¿Podría ponerme otra, garçon? - Garçon, significa chico. Nota: Matrícula de honor.

7º #FFdA: Wild Dog

Para este Finde Fondo de Armario teníamos planeadas una sesiones intensivas de cata de cervezas sacadas bien del fondo, pero diversas circunstancias (laborales, de salud y de agenda) han hecho que no pudiésemos terminar a tiempo la labor.

Así que nos ha tocado rebuscar en las cajas de cervezas añejadas y ver qué nos deparaba el destino. Y este se presentó en forma de la Flying Dog Wild Dog Barrel Aged Gonzo Imperial Porter (toma ya!) añejada tres años tras su fecha de caducidad (2012), y que fue un regalo cortesía de Evert, de El Cervecero de Las Rozas (¡muchas gracias!).

Pero al grano, que se nos acaban los párrafos: Es negra y opaca, de aspecto denso; con espuma beis rojiza, escasa y poco persistente. El aroma es muy intenso, a barrica de Whisky americano: vainilla y coco, muy golosa. En boca es amarga (85 IBUs debidos a los lúpulos Warrior, Northern Brewer y Cascade) e intensa. Mucho tanino y astringencia, también. Notas de chocolate y textura muy sedosa, poco carbonatada.

Vamos, un cervezón (con 9,5% ABV) de los que dan pena acabarse. Y de los que no sabes cuándo volverás a poner las manos encima a otra botella. Odiamos las cervezas así (y a la vez, las amamos).

“Mi opinión en un Tweet:” Siendo así, yo podría ser tu perro. ¿Por qué no? Nota: Matrícula de honor.

Nuestro Reto de Julio #12meses12birras

Este mes, para los que seguís el reto anual #12meses12birras, hay que tomar una cerveza valorada con un sobresaliente -o más- en su reseña publicada en El Jardín del Lúpulo. ¡Queremos que bebáis cosas buenas y así nos aseguramos de no fallar!

Nosotros hemos ido a lo seguro, y no nos basta con que nosotros le hayamos puesto un sobresaliente, sino que esta cerveza cuenta además con la aprobación del jurado del Concurso Homebrewer, ya que fue la ganadora hace dos ediciones. Y es que hemos elegido la MatMor Elephant’s Choice.

Hemos visto que muchos habéis elegido la ganadora de la edición posterior, la EnBabia Cuádruple Salto Mortal y Medio. Pero nosotros esa la tenemos elegida y guardada para el reto de diciembre, así que nos parecía vicio repetir. ¡Y hay tantas con una buena nota en el Jardín!

¿Cuál habéis elegido al final? Recordad enviar el formulario cuando la subáis. Y si tenéis problemas para encontrar las reseñas mejor valoradas, recordad que podéis consultar las menciones trimestrales a lo mejor de las reseñas o utilizar el buscador de la web con palabras clave como “matrícula de honor”. ¡Son pistas, pero lo suyo es cotillear por estilos!

Brouwerij De Molen en el BBF

Los amigos del Barcelona Beer Festival nos han pedido que reseñemos brevemente algunas de las nuevas cervezas que va a ser servidas dentro de un mes en la barra del festival.Ya comentamos una entrada anterior la primera lista de cervezas que se publicó.

Como me conocen bien, me han dicho que podía ocuparme de las de Brouwerij (cervecería) De Molen (el molino), ya que están especializados en cervezas del tipo (imperial) Stout  y ales (ahumadas).

Se me hace la boca agua pensando en las diferentes variedades que van a llevar. Especialmente con las Hel & Verdoemenis Bordeaux y Hemel & Aarde Bruichladdich, que son dos Imperial Stout con una valoración (en los círculos especializados) que roza la matrícula de honor. Las otras dos son dos Barley Wine (un estilo de cerveza muy fuerte inglesa del que ya hablaremos más en otro momento) bautizadas como Weer & Wind y Machtig & Mooi.

Y esto es lo que podemos adelantar de las cervezas de esta pequeña compañía holandesa. Posiblemente esté de los primeros que se acerquen al grifo de las Imperials: me reconoceréis por la mirada desencajada. Las otras, dependiendo de la fuerza que tenga, que hay mucha variedad y pocos días para probar tantas.

Ah, y antes de acabar me gustaría destacar el diseño de la etiqueta. Sencillo, sin dibujos más que el logo de la cervecera, con todos los datos de la cerveza y su elaboración. Una cosa a copiar por otras micros. Aunque sí que es cierto que algo que permitiese identificar el modelo a la distancia o que le diese un poco de alegría estaría bien, pero los datos completos y sencillos me encantan.

Vs. Quíntuple cata de Quádruples

Hace tiempo (mucho tiempo), hicimos una cata comparativa entre 5 cervezas de estilo Quadrupel (recordemos que es un estilo de abadía, oscuro, muy fuerte y alcohólico). Y cogimos a 3 trapenses y dos aspirantes. Las seleccionadas fueron La Trappe Quadrupel (en adelante LTQ), la St. Bernardus Abt 12 (SB12), la Westvleteren XII (WVXII), la Trappistes Rochefort 10 (TR10) y la Urthel Samaranth (US).

Vs. Quíntuple cata de Quádruples
Como podéis ver, unos bombazos de cerveza. Las que menos, tienen 10% ABV (LTQ y SB12), por ahí les anda la WVXII, con 10,2%, y luego están la TR10 y la US, con 11,3% y 11,5% respectivamente. ¡Imaginad cómo acabamos! Creo que hemos tardado tantos meses en hacer la entrada porque aún no nos habíamos recuperado plenamente de la resaca.

Y como preveíamos cuál iba a ser el final, nos pusimos rápidos al tema. Visualmente, eran bastante parecidas las SB12, WVXII y TR10, marrones muy oscuras, con espumas densas, en mayor o menor medida. LTQ era ámbar oscuro, profundo, y la US, aún más clara. La más bonita era la WVXII y la menos la US.

El aroma era dulce en todas, como era de esperar. Destacaba el alcohol más en la LTQ y en TR10 (y en esta además el café), mientras que en SB12 y WVXII son más complejas, con frutos secos, afrutados y demás. La más sosa, de nuevo, la US.

Y ya en el sabor, LTQ es la más floja, siendo dulce y rica, pero con un final muy alcohólico, La US es una digna aspirante y, pese a ser la que más alcohol tiene, está muy integrado. Y las otras tres son excelentes, sobresalientes y de matrícula de honor. Complejas, dulces, ricas, equilibradas, compensadas, explosivas. Verdaderas bombas de deliciosidad. Y, sin embargo, enormemente distintas entre sí. Así que aprovechamos para desmentir que la SB12 y la WVXII se parezcan. Tal vez fuese la misma receta y todo lo que quieras, pero desde luego no son la misma cerveza.


Y toca ya pasar a las conclusiones. Numéricamente, las cervezas consiguieron unas notas de (de menor a mayor): US, 75 puntos; LTQ, 82 puntos; TR10, 93 puntos; SB12, 95 puntos; y WVXII, 98 puntos. Así que no vamos a discutir si la WVXII es o no es la mejor del mundo. Desde luego, ahí está. Pero entonces las otras dos que la siguen son dignas aspirantes. Así que si ir a Westvleteren te pilla lejos, o comprarla aquí te parece cara, no te preocupes. Elije una St. Bernardus 12 o una Rochefort 10, que te aseguro que no la vas a echar mucho en falta.

Weihenstephaner 1516 Kellerbier

Uno de los estilos de cerveza de baja fermentación que más se están popularizando últimamente es este, el de las Kellerbier. Nosotros tenemos ya casi una decena reseñadas en El Jardín, porque somos muy fans del concepto: cerveza tipo lager, pero sin filtrar, “de bodega” (o sótano).

Weihenstephaner 1516 Kellerbier
Esta, como tal, tiene una leve turbidez en su tono de cerveza rubia anaranjada. La cabeza de espuma blanca es abundante, esponjosa y pegajosa, de persistencia media. La verdad es que otro punto fuerte de este estilo es el aspecto, habitualmente.

También suelen ser más aromáticas que las filtradas. En este caso notas la malta, el caramelo y la miel, y las esencias florales y herbales que dan las variedades de lúpulo Hallertauer (Perle, Record y Mittelfrüh). Una delicia ya en la nariz.

Y luego el sabor… que está perfectamente equilibrado entre lo amargo y lo dulce, con una facilidad de trago pasmosa que disimula por completo también el alcohol (5,6% ABV) y que invita a beber litros y litros. Y más si acompaña algo de comer. Cualquier cosa.

“Mi opinión en un Tweet:” De 1040 a 1516 a 2021… ¡Es de 10 en cualquier caso! Nota: Matrícula de Honor.

Pliny the Elder

Muchos americanos andan locos tras la Westvleteren 12. Muchos europeos andamos locos tras la Pliny the Elder. Son dos axiomas, pura realidad, ganas de lo que no tenemos. Ambas cervezas son extremadamente complicadas de conseguir, y han sido consideradas "las mejores del mundo en su categoría". La trapense ya la hemos bebido varias veces. Y ahora, por designios del destino, ha llegado a nuestras manos una Pliny the Elder, y la hemos podido probar en condiciones.

Tenemos que reconocer que el hype de esta cerveza de Russian River era muy grande. Así que antes de abrir la botella nos preparamos debidamente y respiramos con calma. En el vaso presenta un color dorado precioso, transparente y brillante. La espuma es blanca y tiene una persistencia media.

Al olerla, notamos una evidente patada de lúpulos pináceos. Amarillo, Centennial y sobre todo Simcoe desarrollándose en su máximo esplendor. A diferencia de lo que esperábamos tras haber leído algunas reviews, notamos también bastante fruta. Melocotón y albaricoque principalmente, y también aroma a chicle o gominolas. Todo el conjunto muy goloso. Al beberla reafirmamos todo lo olido. Lo que destaca con diferencia por encima de lo demás en esta cerveza es su equilibrio total. Nada desentona, no hay nada que moleste, el cuerpo es el justo, la carbonatación también. Es suave y sabrosa hasta que llega el momento del postgusto, en el que el amargor nos ataca con bastante furia. Pero ya es eso, ¿no?

En definitiva, esta doble IPA californiana con un 8% ABV está sin duda en la liga de las mejores, aunque en nuestro caso particular quizá preferiríamos otras sobre todo en relación calidad/precio. Claro que su precio en California es de 6$ (menos de seis euros) por una botella de medio litro. Otra cosa es lo que toca pagar si la podemos encontrar de importación aquí. Aún así, recomendamos probar a “Plinio el Viejo” (recibe el nombre de un naturalista romano que supuestamente escribió el primero sobre el lúpulo) si es posible, aunque sea una vez en la vida.

“Mi opinión en un Tweet:” Dinamita en forma de lupulina, a la altura de la leyenda. Nota: Matrícula de Honor.

Skull Splitter

Hoy vamos a hablar de una curiosa cerveza de The Orkney Brewery (propiedad de Sinclair Breweries), que es una cervecera escocesa, de las islas Orcadas (al norte de Escocia) y que lleva el sobrenombre de un vikingo, conde de esas islas. Podemos adivinar cuál era su afición, dado el apelativo cariñoso.

Y la cerveza es una Scotch Ale o Wee Heavy pero a medio camino ya de poder ser una Barley Wine. Vamos, un cervezón. De color marrón, rojizo. Con poca espuma, también ligeramente marrón.

Huele a Pedro Ximenez, a moscatel, a madera, a vino andaluz, a uvas pasas. Enamora al primer olfateo. Y en boca es dulce y seca, como un jerez. Pero de los buenos. Compleja, densa, afrutada y deliciosa.

Una cerveza de las que te tomarías unas cuantas, si no fuese porque tiene 8.5% ABV y tu cabeza (o el estómago, lo que sucumba antes frente a sus hachazos) no te lo permitiría. Mejor beberla con calma en el cráneo de tus enemigos una copa tipo snifter.

“Mi opinión en un Tweet:” Te partirá la cabeza en dos, y disfrutarás mientras lo hace. Nota: Matrícula de honor.

Kerel Kaishaku

Cuando coges una botella y ves que la cerveza tiene 15% de volumen de alcohol, ya impone un poco de respeto. Es el triple que un botellín normal. Así que es probable que sientas curiosidad, la lleves a la nevera… y luego te cueste encontrar el momento de abrirla, que puedas asumir tal pelotazo. Aunque otra opción es compartirla, como hicimos nosotros…

Kerel Kaishaku
La cerveza en sí es como una Triple o una Golden Strong Ale belga, pero con el giro de llevar una levadura de sake japonés que permite alcanzar esas extremas cotas de alcohol. El nombre también es japonés (se nota, ¿no?) y viene de la persona que se encarga de hacer de segundo durante el seppuku (lo que conocemos como hara-kiri) y decapitar al que se suicida ahorrándole la agonía tras haber cumplido su parte.

Al servirla, resulta engañosa. Es una rubia velada de aspecto normal, con espuma escasa pero compacta y pegajosa. Tiene un aroma herbal y fresco que nos recordó al de la Tripel Karmeliet. Y en boca tiene mucha malta, con notas de cereal y fruta, pero con mucha menor presencia del alcohol de lo que te esperas.

Eso hace que sea una cerveza muy peligrosa. No suicida… ¡asesina! Porque da para darle tragos largos y locos, cosa que con 15% vol. no debería ocurrir si quieres vivir un día más. Está tan buena que enseguida nos arrepentimos de haber abierto una para compartir… ¡Es para disfrutarla en solitario!

Así que estos de Verbeeck - Back - De Cock (con sus siglas VBDCK) han hecho un birrote máximo, de los que merece probar una vez en la vida y repetir de vez en cuando. Pero sí, asistidos por un hombre de confianza, no para que remate el trabajo, sino para que te lleve luego a casa al menos.

“Mi opinión en un Tweet:” Muerte por Kaishaku. Nota: Matrícula de Honor.

Weihenstephaner Vitus

¡Madre del amor hermoso! ¡Que disgustos nos estamos llevando últimamente! Al menos desde que se nos ocurrió que, en un mundo cervecero donde el 99% de las novedades no se van a repetir nunca jamás, debíamos comprobar si teníamos reseñadas esas cervezas que sí o sí un cervecero debía haber probado.

Weihenstephaner Vitus
¡Y resulta que esta delicia no la teníamos todavía en la web! Pues os la presentamos: Aquí una de las mejores cervezas que existen, aquí un lector de EJDL. La cerveza fuerte de trigo de la fábrica más antigua del mundo no necesita más presentación.

Y decimos fuerte porque es casi como dos cervezas de trigo concentradas en una. Es una Weizenbock y tiene 7,7% vol. de alcohol, pero que no se notan, solo es como una Weissbier un poco intensa y compleja.

Porque lo demás, parece una Weizenbier “normal”: amarilla anaranjada turbia, espuma abundante y todo eso… Olor a clavo, plátano y cereal… Sabor dulce y afrutado, con mucho pan y notas tostadas ligeras… O sea, todo lo de siempre, pero con un puntito extra de intensidad y complejidad.

Su vaso oficial es un copón grande, pero también sirve el típico vaso de las cervezas de trigo. No la bebas muy fría para apreciarla más, y mete algo contundente como un codillo con unas Semmelknödel para hacer base, porque tiene peligro.

“Mi opinión en un Tweet:” Loas a San Vitus y su cerveza. Nota: Matrícula de Honor.

Editorial Jardinero: El hype

En el genial artículo en Longreads sobre The Alchemist se puede leer la frase "la gente habla de la cerveza como si hubiesen jodidos unicornios dentro". Daba su opinión al respecto John Kimmich (hombre al que poner en un pedestal cervecero, empresarial y humano ahora mismo), manifestando como le molesta la mitificación de algunas cervezas en general, y de las suyas en particular. "Esto no es ninguna fórmula mágica", decía.

Después de haber probado más de 2.000 cervezas diferentes a lo largo de nuestra vida, no podemos hacer más que ratificar estas palabras. Una cerveza podrá estar BRUTAL, pero no dejará de ser un líquido que te ofrecerá un placer gustativo limitado. No se puede llegar a un nivel de sabor que te obligue a cambiarte los calcetines porque el caudal de tu eyaculación ha llegado a los pies.

Al final, creemos que una cerveza genial no será más que una cerveza genial. Lo mismo que cualquier whisky, vino, o bebida. Incluso que cualquier comida, de la más alta gastronomía. Hay un componente de lugar y situación personal que hará que la experiencia sea o no sea de matrícula de honor. Una misma cerveza, tomada un lunes por la noche con migraña, frío y marrones en el trabajo, no ofrecerá el mismo placer que si la tomas de vacaciones, con la brisa tibia acariciándote los brazos desnudos en un atardecer de mayo, con la mente abierta y dispuesta al hedonismo.

El resumen: el hype perjudicará el resultado en la mayoría de los casos, y una buena disposición y buen momento actuará justo de la manera inversa. Es tan obvio que parece ridículo de escribir, pero qué poco claro lo tenemos, o lo hemos tenido. Cuando empezamos a beber, era con cervezas que estaban muy bien, pero que no hubiesen ocupado los tops de los rankings (quitando alguna cosa belga). Llegaron IPAs del montón, que sin ser malas no estaban tan siquiera en su momento álgido. IPAs viejas, caramelosas, con el lúpulo en claro declive. Esto provocó que al probar las primeras IPAs americanas frescas nos volara la cabeza. Lo mismo con las primeras stouts en barrica. Eran increíbles aquellas explosiones de sabores. Hoy en día, mucha gente que empieza en el mundo cervecero recibe primero el hype que la cerveza en sí. Hemos llegado a un nivel de oferta que en muchas ciudades permite beber cervezas de top 10 mundial de forma regular. El nivel general, también ha mejorado enormemente. Quien ha probado una Montseny Mala Vida con barrica de ron o una Dougall's 942 IPA fresca, no se sorprenderá tanto al probar una Russian Imperial Stout en barrica top, o una IPA americana de la costa oeste que hace años le habría provocado sueños húmedos.

Solamente nos queda huir del hype como alma que persigue el diablo, y aprender a disfrutar de la cerveza hecha de forma precisa, exacta, limpia y en excelentes condiciones. Aunque sea una cerveza que no chille, aunque sea una cerveza de 4,4% ABV equilibrada, sin barrica, ni brettanomyces, ni nada que despunte. Puede que este sea el auténtico Santo Grial del mundo cervecero.

Nuestro Reto de Junio #12meses12birras

En este mes de nuestro reto anual cervecero, apostamos fuerte por el producto local. El requisito de la cerveza de junio es, precisamente, elegir una cerveza de la fábrica cervecera más cercana a tu casa (o al menos, de una marca que sea de tu provincia).

Como ahora los escritores y escritoras del blog estamos cada uno diseminados por toda la geografía peninsular, y aprovechando el exilio de Rodrigo, hemos elegido esta marca que se fabrica en la propia ciudad de Soria, siendo una de las pioneras de Castilla y León (aunque apenas se encuentre fuera de su zona). ¡Más cerca imposible, un par de kilómetros!

Ya sabes que si estás cumpliendo el reto, no debes olvidar enviar tu participación al formulario. ¡De momento sois medio centenar los que optáis a los diplomas! Y nos encanta seguiros mes a mes, con curiosidad por lo que elegís beber.

Ah, y como muchos nos estáis preguntando ya por el reto del mes que viene (una cerveza valorada con un sobresaliente (o más) en su reseña publicada en El Jardín del Lúpulo) os vamos a dar un par de pistas: la primera, consultar las menciones trimestrales a lo mejor de las reseñas. Y la segunda, utilizar el buscador de la web con palabras clave como “matrícula de honor”. ¡Pero lo que queremos es que rebusquéis y cotilleéis, claro! ¡Así que a ello!

Panda Beer Komodaru

Vosotros la pedisteis y aquí está. ASAP. Que viene a significar “hacemos lo que podemos por traerte la reseña rapidito”. Con toda la prisa que esta cerveza NO requiere, ya que es un birrote de beber despacito y disfrutar. Esta cerveza que elegisteis en las #Demócatas es la versión envejecida en barrica de Whisky de la imperial porter de la misma marca Doop. Y debemos destacar la gran cantidad de información en su etiqueta.

Pero si hablamos de la cerveza en sí, es una cerveza negra bastante opaca, coronada por una espuma beis que no es muy abundante, pero sí de persistencia media, y de aspecto compacto y burbuja fina. El aroma es licoroso, con notas maltosas de chocolate y regaliz, y un leve toque avainillado.

De primeras parece que la madera o el Whisky no se notan mucho. En boca predomina el dulce, siendo compleja y sabrosa: chocolate con leche, algo de frutos secos, regaliz… y ya detrás, empieza a aparecer la barrica. No es protagonista, pero le añade varias capas de complejidad que enamoran como descubrir que tu pareja comparte tus gustos en series de televisión.

De cuerpo sedoso y estructura potente y alcohólica, se va poniendo cada vez más “cálida” con la temperatura (parece de perogrullo, pero entendéis lo que queremos decir, ¿no?). Lo tiene todo, y todo bien integrado, junto con sus 9,3% ABV. Sírvetela a unos 8-10 ºC en copa snifter y bébela como si fuese una cerveza de 10.

“Mi opinión en un Tweet:” Una cerveza en barrica capaz de competir en las mejores ligas extranjeras. Nota: Matrícula de honor.

Cuvée Delphine

Ha habido que rebuscar en el armario, que ha vuelto a tocar. Ninguna cerveza debe avergonzare y quedarse dentro. Si no hay una excusa para salir, el 5to #FFdA (fin de semana de sacar las birras que acumulan polvo en el fondo del armario) nos la da.

Y, entre las que nos hemos bebido a lo largo del finde, queremos comentar esta que llevaba un par de años cogiendo polvo y nos ha sabido a gloria. Es una versión más de la inagotable De Struise Black Albert, pero envejecida en barricas de Bourbon Four Roses. Recibe su nombre de la hija bastarda del Rey Alberto, y además ilustra la etiqueta con una de sus obras (es pintora) que reza “La verdad puede liberaros”.

Pero vamos ya con la cerveza. Es una imperial stout de 13% ABV, como su “padre”, negra, densa y opaca, con una espuma abundante de color marrón rojiza. El olor es delicioso, a dulces y vainilla, y en boca es amarga, como una bomba. Intensa y compleja, con notas de licor, madera, frutas y chocolate.

Una cerveza que, en este caso, sí que mejora a la original, por lo que recibe más nota. Y aquella tenía sobresaliente alto, así que imagina. Y si la ves, no lo dudes. Merece la pena tenerla y guardarla (o no).

“Mi opinión en un Tweet:” Esta bastarda está más buena y calienta más que Ellaria Arena. Nota: Matrícula de Honor.

Brewdog Tokyo*

Este fin de semana, con motivo del segundo #FFdA nos reunimos un par de los del blog para poder sacar cervezas que, en otra ocasión, tal vez no nos atreviésemos a sacar. Y esta Brewdog Tokyo* es un buen ejemplo de eso.

Brewdog Tokyo*, una Imperial Stout monstruosa
Una Imperial Stout monstruosa, de 18,2 % ABV, que es algo que por sí solo ya causa impresión, con jazmín y arándanos, un dry-hop y envejecida con virutas de roble francés. Ahí es nada. Con todo esto por delante, la servimos en el delicado snifter, de poco en poco.

El color es negro, opaco, con espuma marrón, leve y que desaparece rápidamente. El olor es picante y alcohólico, con notas a madera y vainilla. El sabor es fuerte. Y disimula bastante bien el 18,2% de alcohol. Parece que “sólo” tuviese 12 o 13. Me recuerda al Pedro Ximénez, por el final dulce y afrutado que tiene. Pero el comienzo es más duro y amargo.

En conclusión: una cerveza cojonuda que, pese a su elevado precio, estoy seguro de que volverá a ocupar un sitio en mi despensa para ocasiones especiales. Ojo, porque emborracha de verdad. Pero aún así, recomendamos disfrutarla sola, sin empañar su sabor con nada.

“Mi opinión en un Tweet:” Una Imperial Stout pervertida y desviada, para moderar la moderación. Nota: Matrícula de honor.

Trappistes Rochefort 10

Esta es la entrada número 100 del blog y parece mentira que hasta ahora no hayamos hablado de la que, en mi opinión, es la mejor casa de todas las trapenses que se pueden encontrar habitualmente. Sólo tienen tres productos, pero… ¡qué productos! Estos monjes de Namur, Bélgica, hacen tres cervezas oscuras, cada una más negra, fuerte y alcohólica que la anterior.

Trappistes Rochefort 10
Y la que nos ocupa ahora es la más potente de las tres. Es una Quadruple que tiene 11,3% ABV (no confundir con su número, 10, que es un indicador de la densidad de la cerveza en una escala típica de los monjes belgas y que podemos encontrar en otros ejemplos como St. Bernardus 6, Maredsous 8, o Wesvleteren 12) y es muy oscura, con espuma densa y cremosa.

El olor es intenso, dulce, a café. Y el sabor es fuerte, dulce y amargo, con toques a frutas, nueces y especias. Un verdadero placer para el paladar. La única pega es que no logra esconder del todo su alto nivel de alcohol… pero no lo hace nada mal.

Disfrútala en vaso de cáliz y a temperatura de bodega (de 10 a 12º C) para lograr apreciar todos sus matices. Para acompañar, le puedes poner quesos fuertes, o postres, o carnes guisadas. Esta cerveza esta rica de cualquier manera.

“Mi opinión en un Tweet:” La mejor trapense que puedes pedir en un bar. Nota: Matrícula de honor.