Desde Baviera traemos la reseña de una cerveza tipo Pils (o Pilsener), una rubia clarita y limpia de amargor medio y alcohol contenido. Ya sabéis: el tipo de cerveza que resume lo que en general consideramos cerveza básica en Europa.
Pero de básica, poco. Esta cervecera tiene más de 130 años de historia y ha pasado por varias sagas familiares, siendo actualmente regentada por la tercera generación de Franzs Inselkammers en el pueblecito de Aying (de ahí su nombre).
La cerveza en sí da buen testigo de su buen hacer y se parece mucho a nuestra primera y somera descripción: rubia dorada limpia, color amarillo pajizo pero brillante, buena carbonatación ascendente y buena cabeza de espuma duradera.
Los aromas florales del lúpulo de la zona de Hallertau (la de mayor producción y fama de Alemania) dan interés a una cerveza por lo demás de perfil maltoso y ligero, con mucho equilibrio en el trago y que te transporta a un campo verde dando giros como si estuvieses en Sonrisas y Lágrimas.
El alcohol está en la media, con unos moderados 5,0% ABV. Y es ideal para lo que siempre hemos usado la cerveza (o sea, beber y festejar), pero su equilibrio la hace firme candidata para maridajes variados en la mesa. ¡Probadla, que no os arrepentiréis!
“Mi opinión en un Tweet:” ¡Está bávara! Pero si abusas, acabarás bávaro… Nota: Notable alto.
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