Hacía más de tres años que no os traíamos reseñada ninguna cerveza de los “perros voladores” de Maryland, EE.UU. Y la única excusa válida sería que no hacen ya más cervezas y hemos reseñado todas, o que ya no se encontrasen en España. ¡Pero no se dan esos eximentes!
Así que bueno, aquí tenéis una que, además, es de nuestros estilos favoritos dentro del reinado del lúpulo: las Session IPAs. Cervezas que juntan el toque moderno con un amargor más moderado y un alcohol que te permita beber más de una sin problemas.
Esta es de color ámbar claro, de tonos anaranjados muy bonitos y brillantes. La cabeza de espuma blanca es mediana, de persistencia media-baja, y algo pegajosa. Pese a acabar algo velada, mantiene el aspecto libre de la moda de cervezas turbias, al menos.
El aroma es bastante lupulado: cítrico, frutas de hueso, notas herbales. Y el sabor amargo, pero no tanto como podrían hacer presagiar sus elevados 50 IBUs (para el alcohol que tiene). Los toques frutales y maltosos lo equilibran en parte.
Y es que, con 4,7% ABV, lo suyo es que no sea una cerveza agresiva sino amable, que te invite a consumir en cantidades moderadas-pero-no-tanto. Y lo logra, pero manteniendo carácter suficiente como para que haga honor a la marca.
“Mi opinión en un Tweet:” Más fácil de beber que atrapar a un cerdo a la pata coja. Nota: Notable.
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