Una de las fusiones de estilos que nos han traído los últimos años del movimiento cervecero es esta: unir una cerveza de trigo con una IPA lupulada. Y la verdad es que las cervezas fruto de esta unión “bastarda” son curiosas y sorprendentes.
Esta Weizen IPA elaborada por la cervecera de Bayreuth, Baviera, (que cuenta con un museo cervecero galardonado con un record Guinness) antes se llamaba Citrilla, por el uso de lúpulos Citra y Amarillo. Pero luego decidieron simplificar el nombre al estilo.
Y no solo lleva Amarillo, sino que es amarilla. Pajiza, dorada, brillante aunque turbia. Podría ser trigo, pero podría ser NEIPA. El aspecto es muy bueno, con su generosa cabeza de espuma blanca pegajosa y de buena persistencia, así que es trigo, jejeje.
En aroma hay una compleja mezcla de aportes: cítricos del lúpulo, hierbas, con los ésteres y toques especiados producidos por la levadura, sobre todo. Y en boca el amargor está bastante presente, siendo áspero y persistente, aunque sin ocultar del todo los matices del trigo porque no es de mucha intensidad. Esto la hace de trago fácil pese a su buen cuerpo.
Una cerveza que recomiendan beber en su vaso de pinta y a una temperatura moderadamente fresca (6 ºC) para ir apreciando los nuevos aromas según vaya calentándose. Y no nos parece mal ninguno de los dos consejos, por supuesto.
“Mi opinión en un Tweet:” Una cosechadora que junta trigo y lúpulo. Nota: Bien alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario