Como somos gente seria y adulta, vamos a ser capaces de realizar la reseña íntegra de esta cerveza sin caer en la risa floja, el chiste fácil, el chascarrillo y la grosería. Porque la cata de cervezas es algo serio y nosotros hemos venido aquí a trabajar, no a hacer el tonto.
Y porque, como eruditos cerveceros que somos, sabemos que el sufijo –ator se popularizó entre las Doppelbock a raíz de la Paulaner Salvator. Del resto no somos tan eruditos pero la ayuda de google vemos que significa algo así como “copero” (más en el sentido del escanciador que te sirve y llena las copas, que del posavasos que te las sujeta).
Sobre la cerveza, pues es un Doppelbock Dunkel, así que es oscura (casi negra) con brillos rojizos, y espuma beis claro, de cantidad y persistencias medias. En nariz destacan por supuestos los aromas que provienen de las maltas, con muchas notas de caramelo.
Y el sabor es predominantemente dulce, con una sensación cálida, cierta profundidad y fuerza y un regusto bien rico que no llega a empalagar. En ella destaca el equilibrio que tiene pese a tener la balanza inclinada al lado de las maltas.
Así, es muy fácil de beber. Parece diseñada para entrar bien. Y es que tiene 7,6% vol. de alcohol que, quitando por esa calidez en el trago, no se notan nada ya que ni rascan ni cansan. Así que ojo con acabar perjudicado y diciendo chorradas.
“Mi opinión en un Tweet:” Hemos logrado llegar al final sin hacer el chiste fácil. Nota: Notable.
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