Guinness es una de las grandes puertas de entrada (y no nos referimos a las tantas veces fotografiadas puertas de su fábrica en Dublín) al mundo cervecero más allá de las rubias, en todo el mundo. Y eso es bueno, oye, hay que quitar el miedo al color.
También ayuda a desmentir la falsa creencia de que las cervezas oscuras tienen más alcohol (la Draught tiene solamente 4,2% vol.). Y queda preciosa con sus burbujas finitas de nitrógeno subiendo por el vaso. Todo eso es innegable y hay que reconocérselo, igual que ser una de las popularizadoras del estilo de Stout secas.
Pero también es verdad que una vez introducido en el mundillo, la típica pinta de Guinness no te parece más que agua “sucia” con cuerpo cremoso, porque es muy “para no molestar a ningún público”. ¿Y qué le podrías recomendar para dar un paso adelante a tu amigo que sigue en esa fase? Pues lo cierto es que no hay muchas similares de fácil acceso en supermercados o bares… así que hay que irse a cosas más especializadas como la Samuel Smith Oatmeal Stout, que seguro les encantará y sorprenderá, sin pasar de los 5% vol. de alcohol.
Pero si quieren seguir fieles a la marca, es fácil que busquen y encuentren la Guinness Special Export, que al lado de una Guinness “normal” sería como un concentrado doble, ya que se sube a los 8% ABV, y le da mil vueltas a su hermana pequeña.
La quimera es encontrar las Samuel Smith ahora...
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