Aunque originalmente esta cerveza se hacía en el condado de Rutland (el más pequeño de Inglaterra), a finales del siglo pasado pasó a ser propiedad de Greene King (que a su vez parece que va a ser propiedad de un conglomerado hongkonés) y se cambió la receta y el lugar de fabricación.
Obviamente, aquella no la hemos probado, pero esta sí. Y nos gusta porque nos gustan las cervezas inglesas de buen beber y baja graduación alcohólica (4,3% ABV). Y esta Bitter (aunque por el color marrón, limpio y brillante, nos recuerda a una Brown Ale) lo es.
Coronada por una espuma color marfil, densa y compacta, desprende aromas a caramelo, malta y frutas. En boca destaca también el caramelo y notas de café y leve amargor especiado del lúpulo. Aun así, predominan los tostados de la malta.
El formato lata de medio litro (que no de 44 cl) es el adecuado. Pero sería mejor directamente del cask, a bomba de mano, y poder beber más de una pinta, porque es de las que entran solas, sin ningún problema. Y si pones unos “pork scratchings” para acompañar, ya nos haces felices.
“Mi opinión en un Tweet:” Los condados y comarcas tienen encanto si tienen birra. Nota: Bien alto.
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