En 2003 Stephen Frears (“La Reina”, “Las amistades peligrosas”) adaptó al cine “El hijo perdido de Philomena Lee” una novela de corte periodístico sobre la actuación de la iglesia católica en la Irlanda de mediados del siglo XX respecto de las madres solteras.
En la cinta Judie Dench (M. en las últimas películas de James Bond), interpreta el papel de Philomena, una joven que, al quedarse embarazada, es enviada al cuidado de unas monjas. Cuando el niño tiene dos años la congregación lo da en adopción a una adinerada familia americana. Philomena mantiene oculto este episodio de su pasado hasta que su hijo cumpliría cincuenta años, cuando contacta con Martin Sixsmith, un periodista de la BBC en horas bajas (interpretado por un Steve Cooghan que no solo actúa sino que escribe el guion también), para que escriba una historia de “interés humano” sobre el caso.
Ambos emprenden un viaje por EEUU a la búsqueda de Anthony. Tras varios días de investigación Philomena y Martin se encuentran en un atolladero. Tienen indicios de quién puede ser Anthony pero ha fallecido y nadie les quiere dar más información; la aventura de Martin y Philomena parece que llega a su fin… (ATENCIÓN SPOILERS)
En ese momento el periodista repara en una foto del posible hijo de Philomena que han tenido todo el tiempo delante. En la solapa de la chaqueta tiene un pin de un arpa. “Será porque le gustaba tocar el arpa” propone Philomena cargada de inocencia a lo que Martin le responde señalando a la pinta de Guinness que se está tomando. El arpa irlandesa de la marca cervecera es el mismo que lleva en la foto. Su hijo no ha olvidado sus orígenes ni a su madre natural, Philomena recobra la sonrisa y al espectador se le escapa una lágrima mezcla de pena y alegría.
Y es que nada hay más universalmente irlandés que una pinta de Guinness, la marca que ha sido capaz de monopolizar el emblema de un país mejor que el toro de Osborne. Vosotros ya sabéis: aprovechad el día de San Patricio, disfrutad de sus stouts y no olvidéis a vuestras madres.
Muy bueno!!!! "la marca que ha sido capaz de monopolizar el emblema de un país mejor que el toro de Osborne"
ResponderEliminarNadie casi conocería Irlanda si no fuese por la Guinness! Jajajaja
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