Si la luna tiene un lado oscuro, las “Blondes” tienen una cara amable. O al menos eso es lo que interpretamos del anterior nombre de esta cerveza que parece que ahora ha sido renombrada simplemente como “American Blonde” por la cervecera catalana.
Porque es en Vic, Barcelona, donde se elaboraba. En una fábrica sita en un molino (de ahí el logotipo de la marca, una rueda de moler), aunque ahora disponen por lo visto de otras instalaciones en Barcelona. ¡Como haya más cambios desde que la bebimos hasta que leéis la reseña va a quedar para tirar!
Bueno, se supone que la receta, que en el fondo es lo que importa, no cambia, así que os seguiréis encontrando una cerveza tipo Blonde pero no belga, sino de UK (o USA), o sea como una Golden clarita pero menos amarga.
Y así es, rubia ambarina, velada, con buen olor a lúpulo (Summit, Willamette, Simcoe y Mosaic) con notas afrutadas, cítricas y herbales. El sabor es levemente amargo de primeras, pero con sensación áspera en un retrogusto largo y persistente.
No creáis que lo decimos como algo malo: nos gusta. Demuestra que una cerveza puede tener sólo 5% ABV y sólo 28 IBUs y aun así tener carácter y estar buena. Y que hay que aprender a apreciarlas aunque no se llamen IPAs.
“Mi opinión en un Tweet:” A este lado o al otro, pero que nos respeten recetas y nombres de lo reseñado. Nota: Notable alto.
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